Cientos de turistas se congregaron en la playa Hornos para observar por más de 15 minutos los juegos pirotécnicos que la Secretaría de Fomento Turístico organizó para recibir el año nuevo.
Desde la franja de arena del Asta Bandera hasta la Condesa, no cabía nadie más y las filas de coches parecían no tener principio ni fin. Algunas personas optaron por dejar sus coches en doble fila y caminar hasta la arena para ver los cohetones iluminar la bahía de Santa Lucía.
Ya fuera sentados en la arena o en sillas rentadas hasta en 40 pesos, los visitantes y acapulqueños esperaron a que dieran las 12:00 de la noche del 1° de enero de 2016.
Chicos y grandes observaron los juegos artificiales durante casi 20 minutos, mientras bebían cerveza o vino y comían desde atún hasta carne asada o pozole. Ahí también fueron elevados globos de Cantoya, a pesar de que habían sido prohibidos, antes, durante y después de los juegos pirotécnicos.
Más adelante, en el Asta Bandera, las sombrillas que fueron más amplias y adornadas con luces navideñas se conseguían hasta en mil pesos. Algunos turistas colocaron asadores, otros anafres y entre diversos géneros musicales que provenían de restaurantes o estéreos, decenas de familias convivieron y bailaron.
Otros optaron por quedarse a dormir en la arena o brindar hasta la madrugada.
Allí, algunos visitantes consideraron que a diferencia de años anteriores, los juegos pirotécnicos fueron “de mejor calidad”.
Yolanda Hernández de León, Guanajuato, la calificó de “bonita” y que “valió la pena”. Mientras que el turista Alfredo García del Distrito Federal declaró que este año “fue diferente. Más llamativo” y agregó que “las calles se ven mejor y más limpias pero hace falta más apoyo vial”.
“Se vio calidad”, respondió Luis Hernandéz del Distrito Federal. “Es bueno para el turismo”, dijo Laura Maricela Barbosa de México. Ángel Franco Navarro del Distrito Federal y quien tiene 11 años visitando el puerto, recordó que apenas hace tres años, los juegos pirotécnicos eran “fantásticos” pues “se realizaban más cerca de las personas” pero ahora, dijo, “lo hicieron a lo lejos. No se apreció toda la magnitud.”
“Le quitaron emoción, perdió mucho. Qué falta de promoción para Acapulco. Es calidad no cantidad”, añadió. Todos respondieron que era difícil calcular la cantidad de dinero que se había invertido en esta atracción de Fin de Año.