Ciudad de México.-Ronald Koeman, entrenador del Barcelona, ha conseguido lo que buena parte de sus predecesores no consiguieron: darle descanso a Lionel Messi. Los de azulgrana se miden ante el Dinamo sin el astro argentino ni tampoco el centrocampista neerlandés Frenkie de Jong por la cuarta jornada del Grupo G de la Champions League.
El primer tiempo se apagó sin dejar grandes momentos. Esos 45 minutos iniciales sirvieron para exponer en la situación que se encuentra el Barcelona que apenas probó al arco entres oportunidades y sólo uno de ellos tenía destino de gol, pero fue evitado sin dificultades por el arquero rival.
El cuadro azulgrana dominó el balón con Pedri, Miralem Pjanic y Philippe Coutinho como cerebros del ataque, pero con Trincao con el único decidido a romper a base de velocidad y desequilibrio que rara vez tuvo resultado positivo. Por su parte, Martin Braithwaite, ubicado como centrodelantero, padeció lo que suele padecer Antoine Griezmann, la falta de acciones en la que pueda recibir de frente a la portería contraria y no de espaldas.
La falta de jerarquía se notó en el ataque, pero en la defensa estuvo bien disimulada por los cortes rápidos. Tanto Óscar Mingueza, central debutante en este certamen, como Pjanic cometieron infracciones en cada intento del Dinamo que de esa manera le costó generar peligro contra el arco de Marc-André Ter Stegen, que apenas tuvo trabajo.
En el complemento todo cambió a apartar de la apertura del marcador. El Barcelona pudo armar buena jugada colectiva a los cinco minutos con Pedri, Coutinho y Braithwaite en la puerta del área que terminó con Sergiño Dest filtrándose en las marcas por la derecha y definiendo con un disparo bajo, cruzado que se clavó en el segundo palo para el 1 a 0.
En una ráfaga de fútbol, el visitante se encontró con el 2 a 0 pasados los 10 minutos cuando Mingueza peinó un tiro de esquina en el primer palo que llegó a la otra punta para que Braithwaite la empuje a gol.
Fue el delantero danés justamente quien más tarde recibió un empujó en el área cuando saltaba a cabecear que el árbitro interpretó como penal. El delantero se encargó del disparo y con un derechazo fortísimo cruzado estableció el 3 a 0.
Ronald Koeman decidió que llegó el momento de que algunos de los jugadores que llevan acumulados más minutos paren y dar entrada a piernas frescas ante las seis bajas por lesión que tiene. Es por eso que Mesi se quedó en Barcelona y también De Jong. Sorprende que el argentino no viaje, pero hay suficientes jugadores en la nómina de delanteros que pueden actuar en su posición, más complicado supone entender la ausencia del holandés ya que es de los pocos que pueden actuar también en la posición de central, posición en la que el Barca tiene solo un jugador disponible (Clement Lenglet) y tres bajas (Piqué, Araújo y Umtiti).
A raíz de las lesiones, Koeman le dio paso a un central del filial, Oscar Mingueza, para jugar como acompañante del francés. Además de estas tres ausencias, el Barca tampoco cuenta con Sergi Roberto ni con Sergio Busquets, ni Ansu Fati.
Después de tres victorias consecutivas (Ferencvaros, Juventus y Dinamo de Kiev en casa), el partido de esta tarde puede suponer un gran paso hacia la clasificación y como primero de grupo, frente a un rival que ha sumado un punto en los tres partidos jugados y está muy exigido.
Los ucranianos tampoco tendrán a sus mejores jugadores disponibles, ya que reciben al Barca mermados por el coronavirus, aunque con menos bajas en el once titular que en el partido disputado hace tres semanas en el Camp Nou.
Con respecto al encuentro en tierras catalanas, los ucranianos han recuperado a defensores titulares como el central Mykolenko y el lateral Karaváev, además de centrocampistas como Garmash y Shaparenko.
El coronavirus, que se ha cobrado ya más de 10.000 vidas en Ucrania, se ha convertido en un auténtico problema para el Dinamo, ya que, según la prensa, el técnico, Mircea Lucescu también se está planteando dejar el equipo en invierno si la pandemia no cede.