Cuernavaca, Morelos.- El sismo del 19 de septiembre acabó con la vida de cerca de 80 personas y destruyó alrededor de 30 mil inmuebles en todo el territorio morelense, pero además sus efectos colaterales los han sentido los empresarios de la capital del estado que no han podido abrir sus negocios desde hace tres semanas.
Se trata de los comerciantes de la avenida Morelos cuyos locales se ubican en las inmediaciones de la Torre Latinoamericana, uno de los edificios más afectados por el sismo en la ciudad y cuya demolición no ha sido definida por las autoridades.
Esa indefinición mantiene cerrada la circulación vehicular y peatonal en un tramo de la Avenida, por lo que el flujo de clientes es casi nulo desde hace tres semanas en la zona.
Además, varios locales permanecen cerrados por órdenes de las autoridades de Protección Civil.
“Me duele mucho lo que está pasando en este momento, nos afecta, sobre todo, la falta de clientes porque no tenemos en este momento y además, eso es nuestro pan de cada día, y si las personas no llegan a nosotros, no tenemos qué comer, de manera que es natural que estemos alterados por la situación que estamos pasando, pero hay solución, pero desgraciadamente las autoridades quedaron de estar aquí a las 11 de la mañana y aún no han llegado, Protección Civil”, dijo José Alemán Santos, dueño del Centro Musical desde hace 40 años y quien hace una semana tuvo que despedir a dos de sus trabajadores.
Esto te puedeinteresar
De acuerdo con los comerciantes, existen dos peritajes en torno a la estructura de la Torre. Uno indica que el edificio, con cinco de sus 10 pisos colapsados, debe ser demolido. El otro sugiere lo contrario.
“Hay dos veredictos, uno dice que está bien y otro que no, entonces el viernes vinieron otros ingenieros y dijeron que el lunes (ayer) iban a entregar el último veredicto y ese iba a decir si sí, o si no se iba a demoler, y si no se va a demoler, pues que pasen las rutas porque un 80 por ciento de la clientela se transporta en rutas”, expresó otro de los comerciantes.
Julio César López, dueño de Boutique Julius, informó que como consecuencia del cierre de su local comercial, hace una semana tuvo que despedir a dos de sus empleadas.
Su temor, explicó, es enfrentar algún juicio laboral por despido injustificado, por eso pidió al Gobierno integrar un fondo mediante el cual se les entreguen apoyos financieros con los que puedan pagar rentas y salarios.
Ante la falta de respuesta de las autoridades, los comerciantes dieron un ultimátum a los gobiernos: si el miércoles no abren la avenida Morelos o les confirman la demolición de la torre, cerrarán vialidades del primer cuadro de Cuernavaca.
“Estamos esperando hasta mañana que nos hagan caso y el día de mañana ya vamos a tomar acciones, vamos a cerrar calles, es un llamado a que nos venga a ayudar porque ¿de qué se trata esto?”, dijo.
