Fotos: Carlos Navarrete/Enviado
Atenango, Guerrero.- Quienes sufrieron afectaciones graves en sus viviendas, tras el sismo del 19 de septiembre, no tienen de otra. El albergue habilitado para la atención de los damnificados dejó de operar hace dos semanas sin que las autoridades dieran una explicación.
Ahí, los días transcurren entre bardas caídas y la incertidumbre. Existe la promesa de que se reconstruirán las casas colapsadas, pero nadie sabe cuándo, incluso hay damnificados que aún no son considerados en el censo que realizaron las autoridades para integrarlos al Fondo de Desastres Naturales (Fonden).
José Antonio Cerón Aguilera vive en una de las avenidas principales de Atenango, muy cerca del Ayuntamiento. Su vivienda no colapsó, pero no está en condiciones de ser habitada. Las paredes de su hogar están fracturadas e inclinadas, y colocó troncos de madera para que el techo no se venga abajo.
Está seguro de que su vivienda no soportará otro sismo, por ello sacó todas sus pertenencias de las dos secciones principales del domicilio, donde permanecen en el suelo pedazos de concreto y polvo generado por el movimiento del 19 de septiembre.
Junto a su esposa, duerme en una galera improvisada en el patio de su hogar, pues temen que en cualquier momento la estructura colapse. Pese a las serias afectaciones que exhibe la vivienda, ni el gobierno del estado ni el municipal la están considerando en el censo de damnificados para incluirlos en el programa de reconstrucción.
Denunció que los apoyos y programas sociales que han ejecutado las autoridades, como el de Empleo Temporal, se han dirigido solamente a quienes simpatizan o militan con el PRI, partido al que pertenece la alcaldesa, Amparo Eréndira Puente González.
Incluso, aseguró que las despensas que han llegado a Atenango para los damnificados están siendo acaparadas por la edil en la Unidad Deportiva, hecho que fue confirmado por una autoridad municipal que pidió el anonimato ante el riesgo de represalias.
Entre la población se supo que la intención de la presidente es vender las despensas o utilizarlas para beneficiarse políticamente con ellas en el proceso electoral de 2018.
El señor Lucas Demeza Nava tampoco corrió con suerte durante el sismo. Su vivienda, en donde habitaban siete personas, colapsó casi por completo, sólo algunos muros permanecen de pie. Esta situación obliga a todos a dormir afuera, en la intemperie, junto a sus muebles, ropa y enseres domésticos.
La cocina es ahora una fogata que prende todos los días en la exacta mitad del terreno que sirve de patio. Por miedo a perder sus pocas pertenencias, la familia ya contrató a un albañil para levantar un cuarto en el que guardarán todo, a fin de que las lluvias y el sol no los deje inservibles.
A diferencia de José Antonio Cerón, la vivienda de Lucas Demeza sí fue censada por las autoridades, quienes se comprometieron a integrar a su familia al programa de reconstrucción, pero no existe la certeza de cuándo ocurrirá esto.
“Ya han venido a eso del censo, y dicen pues que nos van a apoyar, ojalá y sea cierto, ojalá y sea verdad el apoyo que no están prometiendo”.
-¿Pero no les han dicho cuándo?
-No, exactamente no se sabe, nadie sabe cuándo, pero esperemos que sea cierto el apoyo.
En el centro de Atenango es común ver casas que fueron restringidas por las autoridades municipales con un cordón amarillo en el que se lee la palabra “precaución”, pero muchas siguen habitadas porque el albergue temporal que se habilitó para atender a los damnificados no está operando.
El lugar se encuentra a un costado del ayuntamiento y de acuerdo a versiones de vecinos, desde hace dos semanas no abre sus puertas. Los damnificados no fueron notificados de las razones por las que ya no son atendidos, pese a que ahí se brindaban las tres comidas del día a quienes no tuvieran recursos para adquirir alimentos.
Las calles lucen vacías en comparación con la primera semana tras el sismo, en la que decenas de vehículos invadieron la cabecera para apoyar a los habitantes de Atenango.
Héctor Leyva Alcocer, otro damnificado, agradeció el apoyo que recibió tanto de las autoridades como de organizaciones y ciudadanos que llegaron a Atenango a apoyar con despensas y ropa. Sin embargo indicó que en este momento la necesidad principal es la reconstrucción de las viviendas.
“Lo que queremos es ya ver algo claro sobre el censo, ya pasamos algo, o sea, lo más grande fue lo de las despensas y eso, pero relativamente nosotros estamos preocupados obviamente por las casas, qué va a pasar y cómo vamos a hacerle en ese aspecto, la gente está desesperada, censan, yo te puedo decir, censan en un lado en otro no, o sea se están saltando algunas casas, no sabemos realmente y no nos informan, pues”.
Ante la falta de un refugio temporal, la mayoría de los damnificados regresó a lo que quedó de sus hogares. Viven con miedo a que ocurra otro sismo y se venga abajo lo que se salvó el 19 de septiembre. En tanto no comience la reconstrucción, seguirán viviendo entre los escombros.