Las familias de los normalistas de Ayotzinapa, Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús, asesinados durante un enfrentamiento con agentes estatales y federales, en diciembre de 2011, denunciaron al Estado mexicano ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos por la violación de sus obligaciones internacionales bajo la Convención Americana, y la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura.
La denuncia también fue presentada por Gerardo Torres Pérez, normalista víctima de tortura, durante los hechos ocurridos en Chilpancingo, capital de Guerrero.
A través de un comunicado, el Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, señaló que “a pesar de la existencia de pruebas que dan cuenta de las violaciones ocurridas, al día de hoy las violaciones denunciadas permanecen en impunidad”.
También indican que el Estado mexicano no ha adoptado medidas necesarias y adecuadas para prevenir y garantizar que hechos similares no vuelvan a repetirse.
“Es por esto que las víctimas de estas violaciones graves de derechos humanos, junto con Tlachinollan, el Centro de Derechos Humanos José María Morelos y Pavón, y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), hemos presentado una petición individual contra el Estado de México ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, indica el texto.
Afirman que las violaciones graves de derechos humanos cometidas contra los estudiantes de Ayotzinapa en 2011 es un caso ilustrativo de cómo la impunidad alienta a que las violaciones se multipliquen.
También afirman que si estos hechos hubieran sido diligentemente investigados, sancionados y aplicadas medidas de no repetición, los asesinatos de Julio Cesar Ramírez, Julio Cesar Mondragón y Daniel Solís, y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa el 26 de septiembre de 2014 en Iguala “quizá no se hubiera detonado”.
El 12 de diciembre de 2011, policías ministeriales de Guerrero y policías federales desalojaron de manera violenta la manifestación de los estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa.
Dos estudiantes normalistas fueron ejecutados extrajudicialmente, Jorge Alexis y Gabriel, tres más fueron heridos por impactos de proyectil de arma de fuego; 24 fueron detenidos y un estudiante, Gerardo, fue torturado.