Cultura.- Hasta que triunfan, muchos artistas viven como pueden (los hay que no triunfarán nunca y los que lo harán cuando mueren). Es lo que antes llamaban bohemia. Los pintores, por ejemplo. Hoy la digitalización lo ha cambiado todo, pero la historia del arte está llena de pintores que pintaban donde podían; sobre todo lo que se ponía por delante.
Hablamos de artistas que apenas tenían para comer y apenas para comprar pinturas y lienzos. De lo uno y de lo otro siempre ha sido buen ejemplo Vincent Van Gogh. El pintor holandés es, de hecho, el icono universal del artista romántico y atormentado. Nos gusta perdernos en los universos de color que pintó, pero preferimos no saber de lo mucho que sufrió para lograrlo.
“El dinero se me terminó el jueves, así que esperar hasta el lunes resultó horriblemente largo. Llevo cuatro días viviendo gracias a 23 cafés y al pan que aún debo. No es culpa tuya. Es mía, porque estoy desesperado por ver mis cuadros enmarcados y he pedido demasiado para mi presupuesto, porque también tenía que pagar la criada y el mes de alquiler. Incluso hoy me arruinaré de nuevo, porque debo comprar la tela y prepararla yo mismo”, leemos en una de las muchas cartas que Vincent envío a su hermano Theo, la persona que le salvó muchas veces y que, en buena medida, hizo posible que se conociera el arte del genial artista.
En ese comer lo que había y pintar donde se podía, Van Gogh hizo lo que tantos artistas en su situación: pintar el lienzo por ambas caras. Por una de ellas, el cuadro podía quedar acabado, mientras que por la otra quedaba apuntado y olvidado.
Dos cuadros en uno
En la National Galleries of Scotland, el gran museo de Escocia ubicado en la hermosa Edimburgo, llevan años mostrando con orgullo su Van Gogh: Cabeza de campesina. Pintado por el artista en 1885, al museo se lo regaló un abogado local en 1960. Lo que no sabían era que, en realidad, no tenían un Van Gogh sino dos. Es lo que ahora ha salido a la luz gracias a una radiografía.
Cabeza de campesina iba a formar parte de la exposición de la Real Academia Escocesa, El gusto por el impresionismo. Como parte del trabajo rutinario de cuidado del cuadro, los responsables de la pinacoteca sometieron a la pintura a una mirada a través de los rayos X, y ahí apareció el otro.
“Fue emocionante… Momentos como éste son increíblemente raros”, comenta Frances Fowle, conservadora de la National Galleries of Scotland, en declaraciones a The National. “Absolutamente emocionante… cuando vimos la radiografía por primera vez nos emocionamos muchísimo”, confirma su compañero Lesley Stevenson.
Oculto en el revés del lienzo encontraron un autorretrato de Van Gogh, que ha permanecido oculto durante más de un siglo. La imagen estaba cubierta por capas de pegamento y cartón que, creen los expertos del museo, fueron aplicadas antes de una exposición a principios del siglo XX.
“Hemos descubierto una obra desconocida de Vincent Van Gogh, uno de los artistas más importantes y populares del mundo. Es un regalo increíble para Escocia, que quedará para siempre al cuidado de este museo”, cuenta orgullosa Frances Fowle.
La exposición pone un acento especial en la vinculación que hubo entre la obra de Picasso y la de Van Gogh, de quien se exhibe una decena de obras.
El autorretrato muestra a un hombre con barba, sentado con un sombrero de ala y un pañuelo suelto en la garganta. Y se ve su oreja izquierda, de modo que la pintura es anterior a 1888 (fue ese año cuando se la cortó). De hecho, se cree que pertenece a sus primeros trabajos.
Hemos descubierto una obra desconocida de Van Gogh, uno de los artistas más importantes y populares del mundo”
Cuenta The Guardian que hay investigaciones que sugieren que el cuadro “encontrado” forma parte de una serie de autorretratos experimentales pintados en el reverso de lienzos anteriores de la época en la que vivió en Nuenen (hay otros cinco parecidos, expuestos en el Museo Van Gogh de Países Bajos). Allí realizó una serie de estudios de campesinos como preparación para su primera obra maestra Los comedores de patatas, pintada en 1885.
El cuadro podrá verse en el marco de la mencionada exposición, El gusto por el impresionismo, que tendrá lugar entre el 30 de julio y el 13 de noviembre. De momento lo que estará dispuesto a ojos del público será la imagen de rayos X a través de una caja de luz especialmente diseñada para la ocasión.
La segunda obra de Van Gogh en la lista es Autorretrato sin barba. Ocupa el séptimo sitio en el ránking; en noviembre de 1988 costó 71,5 millones de dólares.
Según Stevenson, en teoría será posible separar ambas pinturas. El proceso, en el que también eliminarán el pegamento y el cartón, será muy delicado. Los expertos de la National Galleries of Scotland están viendo cómo hacerlo sin dañar el cuadro original. “Para nosotros es otra pequeña pepita para acercarnos un poco más a un artista increíble”, comenta el jefe de los conservadores.
Es otra pequeña pepita para acercarnos un poco más a un artista increíble”
Para saber más de Van Gogh, además, claro, de ver sus cuadros te recomendamos leer Cartas a Theo, el libro con la correspondencia que mantuvo con su hermano y que alumbra las miserias morales y materiales del artista. Y ya de paso, la película de Vincente Minelli, El loco del pelo rojo, con Kirk Douglas interpretando al pintor o la que Julian Schnabel dirigió en 2018, Van Gogh, a las puertas de la eternidad, con Willem Dafoe como protagonista.
Fuente: 20minutos
