El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, negó que el ataque con coche bomba, registrado hoy en la zona diplomática de Kabul, estuviera dirigido contra la embajada de este país en Afganistán y confirmó que un policía español resultó herido.
“Todos podemos ser objetivo de un ataque terrorista, cualquier país occidental, pero en este caso no era contra la embajada de España”, subrayó en Orihuela, Alicante, en el sureste español, donde se encuentra en campaña rumbo a las elecciones del próximo 20 de diciembre.
Confirmó que en el ataque, reivindicado por el grupo fundamentalista Talibán, un policía español resultó herido, no de extrema gravedad, y quien es trasladado a un hospital, pero de acuerdo con informaciones desde Afganistán, el personal de la embajada española están bien.
“No era un ataque contra nosotros, aunque insisto, podría serlo perfectamente”, indicó Rajoy.
El gobernante afirmó que, tras el suceso, habló ya con el secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y candidato presidencial de ese instituto político, Pedro Sánchez, así como con el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, para comentar lo ocurrido.
Agregó que en las próximas horas conversará con los representantes de las demás formaciones políticas y pidió tranquilidad a la población, tras el ataque.
Los primeros reportes indicaron que el estallido se produjo por un vehículo lleno de explosivos frente a la sede de la embajada de España en Kabul.
Después de la explosión se registró un intercambio de disparos en el área, donde se encuentran varias embajadas, instalaciones de organizaciones internacionales y residencias de altos funcionarios, por lo que fue acordonada de inmediato por la policía.
Informes preliminares de la policía de Kabul señalan la participación de entre tres y siete hombres armados en el ataque, el cual casi de inmediato fue reivindicado por el Talibán, a través de su vocero Zabihullah Mujahid.
Se trata del más reciente acto de violencia de una serie de ataques perpetrados por los combatientes islamistas contra objetivos de alto perfil en Afganistán, como el registrado el martes en el aeropuerto internacional de Kandahar, en el sur del país.
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