Guerrero.- La fiscal de Guerrero Sandra Luz Valdovinos Salmerón lleva escasos cuatro meses en el cargo, la mayoría de ese tiempo lo ha ocupado en poner en orden una institución viciada en extremo por la indolencia criminal de los corruptos fiscales que la antecedieron, pese a todos los obstáculos, los resultados positivos comienzan a notarse con más investigación profesional, más detenciones, más rapidez en la atención a víctimas, mejor trato y mayor eficacia.
La visión de la maestra Sandra Luz Valdovinos es sacar de la oscuridad en la que estaba la fiscalía, para ofrecer a las y los ciudadanos una atención integral de justicia honesta, humana y solidaria con las víctimas, pero también equitativa y respetuosa en extremo de la ley, el debido proceso, la presunción de inocencia y los tratados internacionales. La moderna función de las fiscalías no es la de perseguir el supuesto delito, sino de esclarecerlo, investigarlo y llegar a la verdad, solo así se garantiza la justicia con equidad, y eso lo tiene muy claro la fiscal y su equipo.
La fiscal Sandra Luz ha sido muy enfática en que el servicio público debe ser honesto y debe ser un servicio de calidad. Por eso, contra la corrupción y el mal servicio, por primera vez se hace cumplir la ley.
Como siempre lo habían pedido los ciudadanos, ahora por primera vez se le fincan responsabilidades penales y administrativas a los malos servidores públicos. En una fiscalía con tanta demanda y carga de trabajo, es normal que ocurran equivocaciones de procedimiento, pero lo más importante es que ahora son corregidos, antes simplemente nadie se hacía responsable de nada. Hoy esos hechos se reconocen, se investigan y se corrigen.
Sin embargo, todo esto que beneficia por primera vez a las y los ciudadanos de Guerrero pretende ser impedido. Hay voluntades torcidas que desde la tenebra continúan buscando la manera de impedir que una nueva mística de servicio, comprometida con la honradez y la eficacia se instale.
Así como hay personal eficiente y cumplidor en la fiscalía de Guerrero, también hay otros que solo quieren continuar en lo mismo de siempre: ‘matando’ horas, evadiendo responsabilidades, inventando pretextos para llegar tarde, transar con lo que se pueda, aplicar el mínimo esfuerzo, desatender a los ciudadanos, buscar excusas para no hacer el trabajo por el que le pagan; todo esto y más, amparado en esas mafias establecidas que son los sindicatos.
Los sindicatos, dirigidos por personas holgazanas y corruptas, han visto en esa figura una forma de ganar privilegios sin esforzarse. No les importan en lo más mínimo los ciudadanos que son los que pagan sus salarios. Los sindicalizados, salvo muy contadas excepciones, trabajaban mal y de mala gana. Nunca están a gusto con la vida que les tocó vivir, porque no se esforzaron lo suficiente, o lo hicieron mal. El caso es que terminaron de empleado públicos y cuando les exigen cumplir bien con el trabajo que les tocó, se victimizan porque no quieren hacer ningún esfuerzo más.
El caso es que ahora una señora de nombre Socorro Sánchez Salmerón, líder de una facción de la Sección 7 del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), manda un supuesto escrito a algunos medios acusando que en la fiscalía hay acoso laboral, despidos injustificados y retención de salarios en la institución. De ninguna de esas acusaciones presenta pruebas fácticas, esto es que sean pruebas, no dichos y que sean óptimas, verdaderas.
La supuesta queja de Socorro es porque según dice se les obliga al personal a cumplir al 100 por ciento de sus obligaciones para lo cual se les paga, pero para ella y su sindicato eso es muy malo.
A nivel de chisme y alterando los hechos igual como hizo aquella trabajadora que le mordió la mano a la fiscal, doña Soco dice que el vicefiscal Ramón Celaya Gamboa le “aventó la puerta a los trabajadores” del área de Tecnología de Información, exigiéndoles puntualidad absoluta, pues llegan después de las 9 de la mañana lo que se considera como retraso. Sin embargo, esto no está mal, pues en cualquier lugar llegar tarde al trabajo y hacerlo con deslealtad, es amonestación y luego despido.
La lideresa dice que por “estas circunstancias”, en las que a los trabajadores se les exige cumplir para lo que se les paga con dinero público, es decir dinero de los ciudadanos que necesitan servicios eficientes, es que “están siendo intimidados y amenazados con descuentos”. No se ve en qué puede estar mal esta circunstancia, si lo único que se les pide es puntualidad y rendimiento.
Luego dice que las Salas del Ministerio Público (como si fueran todas las salas), están saturadas hasta con cuatro empleados en un solo escritorio, y que las oficinas no tienen aire acondicionado y “huelen muy feo”. En fin, la propia denuncia es en sí una lista de chismes y arguendes, pretextos para seguir manteniendo el mismo bajo nivel de rendimiento y la misma corrupción laboral de siempre.
La líder también acusa que la directora general de Apoyo Técnico y Logístico, Ruth Isel de Jesús Pineda, y el vicefiscal Gamboa andan intimidando a los compañeros, recorriendo las áreas “con granada y armas”. Quien sabe que intenta hacer creer con eso de “granada en mano” pero eso solo demuestra el nivel insano de su supuesta denuncia.
Luego, por si fuera poco, muestra el verdadero fin de su acusación, dice: “sabemos que la fiscal perteneció a la milicia y ha ido poco a poco implementando el servicio militar en la Fiscalía”. Prueba de ello es que los principales funcionarios de la institución: vicefiscales, directores generales y jefes de área, pertenecieron al Ejército”.
En realidad la denuncia de doña Soco lo que busca es ejercer presión porque quiere meter a varios de sus familiares a la nómina de la fiscalía, eso lo han dicho otros trabajadores. Es el mismo eterno recurso que han usado siempre tanto líderes sindicales, como supuestos ‘periodistas’, políticos y demás personajes que han lucrado y chantajeado a los fiscales en turno para tener como ‘aviadores’ a esposas, primos, hermanos y maridos y amantes.
En Guerrero, atrás de cada supuesta denuncia contra funcionarios, alcaldes y gobernadora, siempre hay un interés personal, un interés económico o de beneficio laboral. Por eso la denuncia está tan desacredita porque la corrompen, es difícil saber cuándo un hecho denunciado públicamente es real o simple infamia como la de esta líder sindical que quiere a su marido e hijos en la nómina de la fiscalía.
Las presiones que ejercen líderes y supuestos periodistas a través de ‘denuncias’ y acusaciones públicas, la mayoría sin más pruebas que las interpretaciones torcidas de supuestos hechos que hacen, chismes y difamaciones, lo único que buscan es mantener el estado de corrupción, de mala atención a los ciudadanos, ese estado de “chíngate tú para que me beneficie” yo, que tanto ha dañado a las y los ciudadanos de Guerrero.
Los ciudadanos que durante décadas han denunciado malos tratos y corrupción de los empleados que piden dinero para cualquier trámite en esa fiscalía, hoy tienen la oportunidad de respaldar la cruzada de la fiscal general Sandra Luz Valdovinos que busca construir y entregar a los guerrerenses una institución confiable, libre de abusos y presiones, con personal eficiente que de los resultados que Guerrero espera.