Guerrero. Análisis.- Quien sabe quién le recomendó a la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado esperar dos días para entablar diálogo con la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación (CETEG), que durante más de 12 horas cerró la Autopista del Sol ocasionando graves e irreparables pérdidas a diversos sectores de la economía local.
Quizá ha de ser la misma persona que le dice al oído que mantenga en el cargo de secretario de Educación a Marcial Rodríguez Saldaña, un personaje problemático, siniestro y eventualmente corrupto. Si de alguien es la culpa del megabloqueo del pasado lunes que dañó y generó pérdidas al sector turístico de Acapulco, es de este señor problemático y necio.
Quizá esa vocecita que escucha la gobernadora, es la misma que le dice que no cambie a la secretaria de Salud, Aidé Ibarez Castro, quien ya abrió en tan corto tiempo un grave e irreparable boquete con el sindicato de esa estratégica dependencia, y seguirá agravándolo en la medida en que pretende resistirse a lo irremediable.
Doña Aíde nunca estuvo a la altura de ese cargo como bien dice la líder sindical Beatriz Vélez. La doctora Ibarez es solo una activista, antes lo fue del Perredé, ahora lo es de Morena; su gran entusiasmo social ahí se lo gastó. Ya es una persona grande. Nunca se distinguió por el diálogo político, ni por la tolerancia. La mayoría de los personajes públicos de Guerrero, si no es que todos, no son autocríticos consigo mismos, no se autoanalizan. Todos se inventan la fantasía de que son grandes y honestas personas. Pero en los hechos no lo son.
Aidé hizo mal en heredar su plaza a su hija, y beneficiar a su esposo con algún asunto laboral. Quizá no es ilegal, pero no se ve bien y de ahí se agarran muchos y muchas para atacar. Pero más allá de eso, hay incapacidad y mediocridad, más de la habitual. En Guerrero nadie tiene calidad moral para lanzar la primera piedra, pero lo hacen y a montones.
La doctora Aidé ya se gastó, como también ya está gastado, Marcial Rodríguez. Por el bien de su gobierno, la maestra Evelyn Salgado los debe relevar. Mantenerlos en el cargo es solo esperar a que algo peor suceda.
El gobierno de Evelyn no termina por ajustarse bien, se notan las inconsistencias. Solo dos o tres personas trabajan bien, responden a las expectativas, los demás están navegando de a muertitos, no le sirven, por ejemplo, en Turismo, al que puso, se la pasa tomándose selfies y presumiendo su oficina en redes.
Un funcionario debe servir para resolver problemas, no para sumarle más a la mandataria, en este caso. La regla dice que si un funcionario o funcionaria no suma activos políticos a favor del jefe, se debe ir porque si no, lo único que hará será erosionar la figura de poder, y eso ya está pasando en tan corto tiempo.
Un gobernante debe y está obligado a dar resultados fácticos, tangibles, de nada sirve tener un programa de televisión si no hay nada bueno y verdadero qué informar. Si no hay logros trascendentes. Pretender vender bagatelas, medias verdades y tonterías al público, termina por generar repudio. Muchos gobiernos estatales que aún no salen de la barbarie política, siguen creyendo que la comunicación social de un gobierno es promover la imagen del o la mandataria entre los cuates, nada más falso y problemático. Si no hay logros concretos y trascendentes qué vender, lo mejor es no promocionar actividades sosas, torpes que hasta pueden parecer estúpidas a cualquiera.
Por último, la comunicación social de un gobierno no es solo repartir boletines entre los cuates, es la creación de verdaderos contenidos y discurso de gobierno que alcancen a diversos públicos. Se trata de alcanzar y convencer de que se están haciendo bien las cosas, a los críticos, a los que no creen, de nada sirve decirle lo bien que les va a los que ya están convencidos.
Pero para convencer se necesita la creación del discurso, del contenidos, comunicar eficientemente no es solo repetir viejos y gastado formulismo, no es recurrir al efectivismo, al teatrismo mediático sin contenido como pasó con la reunión con la CETEG; una eficiente comunicación incluye resultados y contenidos que sirvan a la sociedad.
Cuando se manejan recursos públicos para comunicar tareas de gobierno se deben utilizar bien, con transparencia, sin mezquindad y priorizando resultados. Si algo le falta a la maestra Evleyn, es la creación de contenidos que den respaldo a su imagen, que la anclen en el imaginario social, y un buen y moderno discurso político, no el mismo de Astudillo. Falta creatividad, no ocurrencias.