Ajuchitlán del Progreso, Guerrero.- Hoy son prácticamente ruinas de lo que antes era el segundo aserradero más importante del país y del que se obtenían anualmente varios millones de pesos, cuyas utilidades convertían en apoyos sociales.
Se trata del ubicado en la cabecera municipal de Tecpan de Galeana en la Costa Grande de Guerrero, pero que está en manos del Ejido El Balcón en la zona serrana del municipio de Ajuchitlán del Progreso, en la Tierra Caliente de Guerrero.
Son visibles las malas condiciones en las que se encuentra, dado que también ha sido saqueada en su red de electricidad por parte de aquellos a los que les gusta lo ajeno; basura por doquier se observa entre los pasillos donde caminaban los 300 trabajadores que empleaba.
Los rodillos por donde en su momento circulaba la madera trabajada se encuentran oxidados y plagados de telaraña y excremento de aves; a otros aparatos, por ejemplo donde se hacía el aserrío, el secado de la madera y el afilado de las grandes sierras, les está llegando la maleza; otros simplemente ya son desechos.

Lo único que están intactos son los cúmulos de aserrín, pero aún así las instalaciones lucen abandonadas, como se encuentran algunas comunidades en varias zonas de Guerrero después de que sus habitantes huyeron tras una guerra entre grupos criminales.
En el aserradero, inaugurado en 1987 por el entonces gobernador Alejandro Cervantes Delgado cuando apenas ocupaba un espacio pequeño y no las 13 hectáreas de ahora, sucedió algo similar:
Diferencias entre quienes lo operaban detonó en un conflicto interno en 2015, pero se agudizó en 2017 cuando se registraron personas muertas, recuerda el presidente del Comisariado Ejidal de El Balcón, Gregorio Atanasio Rentería.
Desde entonces está inoperante y con ello dejaron de ingresar cada año varios millones de pesos, pues además de aserrar madera de pino de ocote y de ayacahuite que producen en el ejido, también contaban con una fábrica de muebles que fue aperturada en 2010 en el mismo terreno que el aserradero, y que de igual manera fueron cerradas sus puertas a 80 empleados por el mismo conflicto.
El ejidatario cuenta que con la producción de madera ya aserrada que se exportaba a todo el país e inclusive a Estados Unidos, comenzaron a obtener utilidades que sirvieron para darle pensión a los adultos mayores a partir de 1990, becas a jóvenes para que se fueran a estudiar a otros estados del país y servicios médicos a los habitantes, haciendo de esta manera el trabajo de los tres niveles de gobierno.
Todo lo anterior quedó perdido por lo que las familias que se beneficiaban, sobre todo las de la cabecera municipal de Tecpan de Galeana, se vieron obligadas a emigrar al país vecino en busca de las mismas condiciones de vida, en donde hasta la fecha allá radican.
Sin embargo, las partes involucradas en el conflicto ya están “limando asperezas”, o como dicen las letras del corrido “La Tregua” compuesto hace algunos años por el grupo músical “Ases y Reyes” a propósito de un conflicto armado que mantenían dos células criminales que se disputaban la Sierra de Leonardo Bravo, Eduardo Neri y Heliodoro Castillo:

Ya se están arreglando las cosas// Se rumora que todo ha cambiado// Ya los pueblos de mi linda Sierra nos juntamos como antes, nos miramos como hermanos// Ya no habrá violencia que no se requiera la tregua pactamos//
Por ello, el Comisariado Ejidal pide a la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y al presidente Andrés Manuel López Obrador a que inviertan al menos cuatro millones de pesos al aserradero y a la fábrica, que es la cantidad que se necesita para volverlas a poner en marcha y con ello reactivar la economía tanto de Tecpan de Galeana como de la Sierra de Ajuchitlán.
Aprovechamiento forestal sustentable
Después de la visita al aserradero que no se había abierto desde el 2017, nos trasladamos al campamento de El Balcón que se encuentra a 68 kilómetros de Tecpan, de los cuales 40 kilómetros de camino están sin pavimentar, que juntos hacen un viaje de más de dos horas en camioneta.
El Ejido, ubicado en el Filo Mayor de Guerrero y a dos mil 800 metros sobre el nivel del mar, se compone de una extensión de 24 mil hectáreas, de las cuales ocho mil hectáreas están destinadas al manejo forestal; dos mil hectáreas son de conservación natural; y el resto es para el uso de agostadero y cultivos, según explica el prestador de servicios técnicos de El Balcón, Miguel González Méndez.
Nos cuenta que todo el bosque está bien conservado “porque estamos dándole mantenimiento y manejo forestal sustentable, no estamos talando de manera irracional”. Dice que es tal el cuidado, al grado que no se ha registrado incendio forestal alguno, tomando en cuenta además el gran proceso al que es sometido el corte de pino.
Muestra de ello, resalta por su parte el presidente del Comisariado Ejidal, en el año de 1990 las autoridades ejidales corrieron a campesinos de Tecpan de Galeana y Atoyac de Álvarez que sembraban en 100 hectáreas de terreno amapola, y ellos como ejidatarios desplazaron ese cultivo por plantaciones de árboles de pino de ocote y de ayacahuite.

El resultado fue positivo de modo que el Ejido obtuvo incluso la certificación internacional “Bandera Verde” por el manejo técnico y profesional de sus bosques, así como su explotación de manera sustentable.
“Hemos escuchado la crítica de la gente acerca de que estamos acabando con los bosques, pero no es cierto, simplemente estamos trabajando el manejo forestal y dándole un valor agregado a la madera que viene de un bosque bien manejado”, insiste el también ingeniero forestal.
Dice que en esta temporada, que inició en diciembre del 2021 y concluirá en mayo o junio de este año, el ejido prevé comercializar 10 mil metros cúbicos de madera en rollo, por lo que obtendrían 13 millones de pesos si se considera que cada metro cúbico cuesta en el mercado mil 300 pesos.
Es por ello que los ejidatarios confían en que el presidente y la gobernadora los apoyen para darle mayor plusvalía a la producción a partir del próximo año, con lo que obtendrían ingresos anuales por los 300 millones de pesos y generarían decenas de empleos y reactivarían la pensión a adultos mayores, las becas a estudiantes y los servicios médicos a los habitantes.
