FIN DE SEMANA
Guerrero. Análisis.- Esta semana que concluye fue sin duda una de las más violentas de este año, la capital del estado vivió 48 horas de terror, asesinatos, incendios de vehículos y retención de fuerzas del orden, todo eso sin que la gobernadora Evelyn Salgado ni ninguna otra autoridad, diera la cara a los ciudadanos.
Este día, los remanentes de esa violencia continúan y en Chilpancingo acribillaron la mañana de hoy a cinco humildes trabajadores que pelaban pollos en Petaquillas, entre ellos una niña de 12 años. Dicen que es una pelea por el territorio, pero hay algo más.
Pese a todo, la gobernadora de la paridad, lució esta semana nuevos y buenos trajes, también joyería cara, la pasó bien y también sus funcionarios juniors y las y los diputados de Guerrero que cobran caro sin transparencia. Mientras agonizaban los acribillados por ese grupo criminal que asola Chilpancingo, Evelyn Salgado Pineda encabezó la caminata denominada “Carrera de Acción de Salud de las Mujeres”. El gobierno va por otro lado, pagando caros convenios a la prensa nacional que solo le publica boletines que nadie lee.
La violencia ocasionada, sin lugar a dudas, por los grupos criminales que aterrorizan la capital de Guerrero donde se asientan los poderes del estado, tiene como fin mandar un mensaje al gobierno estatal. Quieren pactar para que nadie los persiga; quieren seguir extorsionando, asesinando, traficando y secuestrando como lo vienen haciendo. El problema, es que el gobierno de Evelyn ha perdido apoyo social por su visión sectarista y revanchista, y mientras eso ocurre, el crimen se fortalece.
La reacción criminal se dio luego que la Fiscalía de Guerrero le asestó sendos golpes a Los Tlacos, pandilla criminal que domina una parte de los pueblos y municipios de la zona centro del estado y tiene principal centro de operación la capital de Guerrero. En tres acciones, la institución le desmanteló un centro de narcomenudeo; capturó a extorsionadores dirigidas por un agente judicial, y recuperó víctimas de secuestro. Todo eso en menos de 15 días. Algo que nunca antes hizo ninguna otra fiscalía.
Con presiones de adentro y de afuera, los criminales que históricamente han operado en Guerrero con el visto del gobierno estatal y la colaboración efectiva de los fiscales, ahí está el caso de los fiscales de Astudillo, están muy molestos con la nueva fiscal militar y su equipo. Quieren presionar a la gobernadora para que les garantice impunidad y cese a la fiscal.
No obstante, el acuerdo con la nueva fiscal, es que no hay acuerdo. ¿Qué acuerdo puede haber del gobierno con el crimen que no se traduzca en complicidad? Los acuerdos de los gobiernos con el crimen solo salvan momentáneamente a los que participan de ese gobierno, pero condenan a la esclavitud del crimen a los ciudadanos. Los gobernantes se van, los ciudadanos se quedan. Como el personal civil no tiene nada que perder, pues no tiene honor, dignidad, ni ningún otro principio sólido que no sea preservar su propio egoísta bienestar, no le importa corromperse, pactar, vender a los ciudadanos.

La visión que sobre el honor, la lealtad y la dignidad hay en un personal militar de carrera, dista mucho de lo que esas tres cosas significan para los funcionarios civiles, es decir, nada. De ahí que, salvo excepciones, la confiabilidad que da un personal militar a cargo de la administración de justicia garantiza un desempeño más apegado a los procedimientos y los mandatos.
Algunos segmentos han atacado desde el anonimato cobarde a la Fiscal militar y su equipo, diciendo que no saben, que se equivocan, que son lentos, y demás infundios. Si bien, se puede reconocer que como cualquier nuevo funcionario ocurren errores y equivocaciones, esas cosas desaparecen con un poco de aprendizaje y práctica, pero lo corrupto y la vileza humana de quienes antes estuvieron en esos cargos y pretenden seguir, eso nunca se borra, ni desaparece.
Guerrero tiene por primera vez en su historia una fiscal diferente, no por el hecho de ser mujer, sino sobre todo, porque por primera vez hay una persona honesta e íntegra en ese cargo. No ha pasado ni un año, la mitad de ese tiempo se ha perdido por causa de los ataques de adentro y de afuera porque en Guerrero hay una sociedad criminal, o una asociación crimen-sociedad que cuando ve amenazado los beneficios logrados por la corrupción y el crimen, salen a “protestar” y buscan quebrantar todo indicio de orden legal, a eso corresponden las “protestas” contra el Ejército y la Guardia Nacional como en Petaquillas y Acapulco.
Por eso, el empeño que ha puesto en cumplir con su obligación la fiscal Sandra Luz y su equipo es inédito y beneficia a los ciudadanos. Pero en Guerrero hacer bien las cosas significa hacerlas mal. La mediocridad, la estulticia, la corrupción y toda clase de primitivismo político se oponen siempre a que las cosas vayan bien para todos.
En resumen, por primera vez hay una fiscal para las y los ciudadanos que vale la pena respaldar, antes había fiscales para el crimen. La sociedad de Guerrero, es decir, la que no está vinculada a crimen, no solo debe exigir, también debe apoyar. Hay logros evidentes que hablan de otra realidad pero no se puede avanzar sin respaldo. El apoyo social en tanto, no es gratuito, eso lo deben entender la fiscal y su equipo, es a condición de seguir dando resultados, de perfeccionar el ejercicio y la conducta, de corregir errores del pasado y de no proteger a ningún ministerio público que viole el debido proceso, agente o perito que haya quebrantado la ley para dañar a ciudadanos.

Mención especial requiere el trabajo discreto pero efectivo del vicefiscal de investigación, Ramón Ayala Gamboa, un analista experto y conocedor de dos conceptos fundamentales: la presunción de inocencia y el debido proceso, cómo ninguno otro, sabe que no hay investigación ni tipificación del delito honesta, fiable que no pase por respetar estas dos premisas constitucionales.
Por último, solo basta decir que es una lástima y una vergüenza que el “Congreso de la paridad de género” no haya emitido algún pronunciamiento en respaldo a la primera mujer fiscal honesta que tiene el estado para reconocer y respaldar el peligroso trabajo que realiza al enfrentar a los criminales.
Sin embargo, una acción de esa magnitud y sensatez, sería mucho pedir para un grupo de personas incapaces de darse cuenta de su propia realidad. Son diputados y diputadas que a falta de ideas propias, se la pasan plagiando y “adaptando” propuestas legislativas de otras partes, todo eso con tal de no ver hacia adentro, con tal de no incomodar a nadie, son diputados que le quedan debiendo a la gente, ahora, ante el recrudecimiento de la violencia no se les ocurre emitir un fuerte llamado a la federación para que envíen más apoyo para combatir al crimen y apoyar a su gobernadora. Pero bueno, están esperando permiso.