San Antonio Tlayacapan.- En Chapala la novedad “es que venden pedazos de nuestros cerros y luego ofrecen en paquete predios con una vista panorámica y espectaculares puestas de sol”, dice el viejo José Morales Rodríguez, un poblador de San Antonio Tlayacapan, al momento en que es acompañado por su perro y después de acudir a una manifestación de domingo por la mañana, en donde cientos de vecinos del municipio de Chapala, al igual que él, muestran su repudio por la edificación de nuevos fraccionamientos en la zona.
El hombre de avanzada edad expone ante la reportera como si estuviera reclamando frente a los nuevos desarrolladores y empresarios que presionan para quedarse con las tierras que no les pertenecen:
“¡Como que ya basta!”, dice.
“A lo mejor está bien que hagan sus cosas, pero que no nos priven, que no nos quiten los acceso a los cerros, a las lagunas, a la playa, que no nos quiten la posibilidad de poder andar completamente libres, porque a nosotros nos dejaron ese legado nuestros ancestros y no es justo que nos los estén privatizando y que los caminos y veredas los estén cerrando y que ahora ya no podamos movernos, eso no es justo”
Jesús Morales Rodríguez es un viejo de talla baja, originario de San Antonio en la ribera de Chapala, el hombre se dice orgulloso de ser indígena y además se identifica como un protector de los derechos de la flora y fauna y de su comunidad.
Para acudir a la manifestación, tuvo que rescatar el vestuario utilizado por sus ancestros y que consiste en pantaloncillo y camisola de manta blanca, además una faja de color rojo, atada a la cintura y un amplio sombrero hecho de palma.
Las crónicas de esa comunidad campesina aseguran que la vestimenta de don Jesús es similar a la utilizada desde siempre por los indígenas nahuas, y que se mantiene presente en gran parte del territorio de Jalisco, Colima y Michoacán y recuerdan que todavía hasta mediados del siglo XX, existió un decreto de orden municipal en el que se prohibía a indígenas entrar a la plaza con ese tipo de vestuarios, y se obligaba a los miembros de la comunidad San Antonio a entrar al primer cuadro de Chapala con pantalón de mezclilla y camisa de cuadros, ello en el afán de no incomodar a las familias apoderadas de esos tiempos.
En la defensa de la tierra participan colectivos representantes de casi 20 de grupos en pro de la ecología, la sustentabilidad, así como del resguardo del territorio indígena de San Antonio Tlacayapan.
En los últimos meses es evidente que han rebanado varios cerros de ese lugar algunos, incluso los invasores están ubicados dentro de los terrenos pertenecientes a la comunidad indígena, la cual cuenta con los títulos de propiedad correspondiente y sin embargo, ahora en algunas partes niegan el acceso, tal y como ocurre con corredores y personas que acostumbran hacer deporte al aire libre.
El martes 15 de diciembre, cuando se esperaba una aprobación inmediata los nuevos desarrollos urbanos, el cabildo de Chapala, sacó de la orden del día la presentación y votación de los permisos para la construcción de dos torres de siete pisos en un fraccionamiento denominado de Lourdes.
Según la información aportada por diversos activistas el repentino movimiento se debió a la protesta contra los nuevos fraccionamientos y a que al interior del cabildo hay varios regidores que abiertamente están en contra de la autorización para afectar cerros y predios que pertenecen a ejidos o comunidades indígenas.
Eduardo Corona Vega, un integrante de la comunidad de San Antonio Tlayacapan denunció en la marcha efectuada el 13 de diciembre lo siguiente:
“Nosotros, parte del pueblo –de San Antonio Tlayacapan- sabemos que las construcciones han afectando a la flora y fauna de la región. Y las autoridades son comparsa de los constructores que no ven por la naturaleza”, expresó Eduardo Corona Vega, representante de esa comunidad indígena: “en el artículo 27 de la constitución, está plasmado, bien clarito todos los derechos que tenemos las comunidades indígenas y esos derechos si están siendo violentados por todas las autoridades”
En una marcha llevada a cabo a principios de este mes varios de los representantes de los colectivos manifestaron su molestia por los daños provocados am medio ambiente. Otros habitantes de San Antonio Tlayacapan agregaron que no sólo se afecta a los animales de la zona, sino también a la población porque se violentan sus derechos constitucionales.
Los inconformes se quejan por el boom de los desarrollos inmobiliarios en la zona y por la prohibición de paso por caminos de algunos de los cerros donde ya han comenzado a rebanarlos, “quienes los hacen, no nos permiten pasar por esos y no sólo a nosotros sino a todas la personas que acostumbran ir a caminar o a correr por esa zona, y con eso no sólo se afecta el derecho de paso de las personas, también afectan a la fauna de la zona y está siendo lastimada”, según expresaron.
Hace menos de una década el precio por metro cuadrado en la zona, apenas si valía 30 pesos, hoy en día una hectárea se cotiza hasta en millón y medio de pesos por el terreno que se encuentra en la parte elevada de la ribera y que permite tener una hermosa vista desde las alturas y de cara al lago de Chapala.