Villahermosa, Tabasco.- “Andrés Manuel López Obrador no decidió inundar a los pueblos chontales (aunque él dice eso), porque así fue el diseño del sistema a partir de la solicitud del primer año del gobierno de Manuel Andrade”, asegura Rodolfo Uribe Iniesta, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM.
En redes sociales, el sociólogo Uribe Iniesta expone que ese diseño de control de las aguas fue reforzado “con acciones del gobierno tras el 2007 (como la construcción de instalaciones universitarias en zonas inundables de Villahermosa)”.
“En las Mil páginas del PHIT, había un estudio de un economista que justificaba la decisión porque así se perdía menos dinero”, señala en el escrito Uribe Iniesta dirigido a Tabasco.
Indica que por eso las acciones del Plan Urgente de 2009 no solo incluían el estrangulamiento del Macayo (que ya se había hecho con sacos en 2001 o 2002), sino las escotaduras bajo la carretera al aeropuerto, y las del Grijalva.
Con esas sangrías, el agua pasaría por Buenavista, sobre Caparroso y Simón Sarlat, hasta la laguna de Santa Anita, donde se reúne con la que viene del Macayo a través de Oxiacaque y desborda sobre Vicente Guerrero, Zaragoza, etc.
“Y se espera que todo se canalice por el río González, una vía natural que desde tiempos de Tomas Garrido se propuso ampliar como canal navegable, y que después se planeó como “el dren Samaria-Golfo” que se canceló por la crisis de 1981 (pero que había sido criticado por sus impactos ecológicos)”, puntualiza.
Este diseño incluía extender como una sola zona urbana desde Villahermosa hasta Jalpa.
Por las obras, tras 2007, la peor inundación de los pueblos chontales fue en 2010, pero se inundaron también en 2011 y 2012.
“Por iniciativa de los pueblos organizados de Centla apoyados por el ing. Hernández Peñaloza, una demanda a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, promovida por el entonces senador Arturo Núñez y el apoyo del también entonces congresista Gaudiano, se reformuló el proyecto (aunque no se hizo público y lo rehicieron los mismos que hicieron y operaron el PHIT), pero se dijo que no había dinero y se canceló”, explica el investigador Uribe Iniesta.