El planeta Tierra, guarda distintos lugares que todavía no han sido conocidos por la mayoría de la gente; ya sea personalmente o a través de los medios de comunicación.
Pero lo cierto es que el ingenio humano no deja de sorprender con la capacidad de erigir monumentales obras que también cubren necesidades cruciales para el desarrollo de las naciones que las construyen.
Se podría decir que existen infinidades de objetos y lugares que fueron creados en tamaños gigantes; por lo tanto, se presentará el Gran Canal de China, conocido también como el Gran Canal Hangzhou-Beijing, tratándose de uno de los canales más antiguos y más grandes de la tierra.
Con una longitud de mil 794 kilómetros, dicha infraestructura conecta cinco ríos, entre los que destacan: el Haihe, el río Amarillo, el Huaihe, el Yangtsé y el río Qiantang.
Además, funciona como una importante ruta de transporte entre las provincias de Hebei, Shandong, Jiangsu y Zhejiang; durante su recorrido, pasa por las ciudades de Suzhou, Wuxi, Changzhou, Huai’an, Yangzhou, Xuzhou, Jining y Tianjin, logrando obtener un papel trascendental en el desarrollo agrícola y comercial de la ciudad de China.
La construcción de este gigante canal inició en el siglo V a. C, y aunque el proyecto se fue llevando a cabo por etapas, logró su finalización durante la dinastía Sui (581-618), convirtiéndose hoy en día, junto con la Gran Muralla, como una de las megas estructuras más emblemáticas de la ingeniería de la antigua China.
Las mejoras del canal se vieron presentes durante la dinastía Yuan (1271-1368), cuando se eliminaron sus líneas curvas, permitiendo así una mayor velocidad en el transporte. Posteriormente, durante la dinastía Ming (1368-1644), se mejoró la infraestructura para hacer más rápida la distribución de cereales del sur hacia el norte.
Sin embargo, en el siglo XIX se abandonó el mantenimiento del gran canal, el cual se vio dañado por las grandes inundaciones de 1855 que cambiaron el curso del río Amarillo dejando las secciones norte y sur del canal desconectadas.
Fue a finales de los cincuenta cuando se emprendieron obras de dragado y recuperación; sin embargo, se hicieron visibles los esfuerzos de reconstrucción y limpieza de esta obra de ingeniería hasta los ochenta.
Nuevo Gran Canal de China trasvasa agua del sur al norte
El emblemático Gran Canal de China fue actualizado por el Proyecto de la Ruta del Este (ERP) en el 2014, con una serie de canales y tuberías que se extienden por una longitud de mil 400 kilómetros para transferir agua desde el río más largo de China, el Yangtsé hasta las áridas regiones norteñas del país, incluyendo la ciudad capital nacional de Beijing.
El proyecto que lleva por nombre Trasvase Sur-Norte, consistió en tres ramales que desvían el agua del río Yangtsé, implicando una transferencia de unos 44 mil millones de metros cúbicos de agua por año, el cual beneficiará especialmente a la zona donde se encuentran las dos principales ciudades del norte del país, Pekín y Tianjin.
El objetivo es abastecer la parte norte del país, que sufre abundantes sequías, con agua de la zona sur, que por contra es frecuente escenario de inundaciones.
El proyecto incluye tres rutas: oriental, central y occidental.
La primera fase de la ruta oriental transfiere un promedio de 1.35 billones de m3/año a la provincia de Shandong, lo que apagará su sed en gran medida, es decir, el agua cubrirá la creciente demanda de los residentes de las ciudades y el desarrollo industrial, además de sectores tales como la agricultura y la navegación.
La segunda fase central, se encarga de suministrar el agua, iniciando de la reserva Danjiangkou en la provincia de Hubei a las ciudades norteñas, incluyendo Beijing, Tianjin, Shijiazhuang y Zhengzhou.
Y finalmente, la ruta oeste, que repondrá al río Amarillo con agua de los cursos superiores del río Yangtsé, aún se encuentra en la fase de planeación.
La finalización del plan hídrico ha supuesto grandes avances en el gran proyecto de trasvase de agua sur-norte del país, siendo el mayor de su tipo a nivel mundial con un costo alrededor de 80 mil millones de dólares.
Sin embargo, han existido controversias al respecto, uno de ellos es que algunas personas se oponen al Trasvase, ya que consideran que es un desperdicio de recursos, que podría crear un gran número de personas migrantes y, además, podría perderse grandes cantidades de agua por evaporación y contaminación.
También destacaron que, al ser un proyecto de enorme costo, el agua sería altamente cara para los consumidores e incluso, advierten que, la estación seca, podría provocar que el río Yangtsé sufra de escasez de agua, lo que sería perjudicial para el transporte en dicho caudal, logrando causar un desastre ambiental.
A pesar de los dos puntos a favor y en contra del Trasvase de agua Sur-Norte, funcionarios del gobierno y defensores del proyecto responden que el río Yangtsé tiene un suministro abundante de agua, donde el 96 por ciento del fluido se vierte en el Océano Pacífico, argumentando que el traslado a dichas zonas del norte podría resolver el problema de escasez de agua en la parte septentrional.