México.- “Nadie escribe para sí mismo, siempre escribes con la finalidad de que llegue a algún público y que eso que estás tratando de decir con tus palabras, también le llegue a otro y algo mejore y se transforme su existencia”.
Eurídice Román de Dios es poeta, narradora y fotógrafa. Nació en la Ciudad de México un 20 de noviembre de 1959, pero está orgullosa de sus orígenes tabasqueños. Actualmente se desempeña como jefa de la Unidad Departamental en el área de Cultura y Convivencia de la Alcaldía Miguel Hidalgo, lugar donde reside.
Nacer para la poesía
Para Eurídice la poesía es la máxima expresión de la utilización de la palabra: “La poesía y los poetas mexicanos, como creadores vaticinadores, de alguna manera o de muchas maneras, vislumbran la realidad. La poesía para mí es fundamental en la transformación y la creación de la condición humana. Los seres humanos nacimos porque nace la poesía, nos comunicamos porque nace la poesía; somos, porque utilizamos a la palabra para nombrar al mundo y ese es el origen de la poesía. Viene de la palabra poíesis, que significa creación, entonces los mexicanos, en la medida en la que estamos cerca de la creación auténtica, del arte y la cultura, en esa medida estamos logrando que la poesía tenga presencia en México”.
Eurídice piensa que vivimos cotidianamente con la poesía, solo que los poetas la nombran, la extraen de la realidad y que la realidad está llena de poesía.
-¿Podrías mencionar a cinco poetas vivos esenciales para ti?
-Estoy pensando en mujeres poetas. Por ejemplo: Elsa Cross es una poeta importante, pero también pensemos en hombres; Javier Sicilia, desafortunadamente, ha tenido desatinos… mejor ponemos a Francisco Hernández, Verónica Volkow. Xhevdet Bajraj, me parece un poeta importante.
-Casi mexicano.
-Casi mexicano. Hermann Bellinghausen, Marco Antonio Campos, Mardonio Carballo, y ya en ese tenor, Natalia Toledo es una poeta buena, no la descartaría. Irma Pineda, buena poeta; Raúl Zurita me parece muy importante. También te puedo mencionar a Mariana Bernárdez, a Roxana Elvridge. Hay una chica que se llama Miqueas Sánchez, es de Chiapas y es buena también. Marianne Toussaint, está dentro de lo aceptable, es hija de Enriqueta Ochoa, y por supuesto la gran poeta Enrique Ochoa. María Vázquez Valdez, de Zacatecas, pero vive aquí, ella es directora de la biblioteca de San Lázaro. Y sin duda, las mujeres que han recibido el premio Aguascalientes, como Tedi López, que tiene una experimentación muy buena. Ellos me parecen interesantes.
Los selváticos
Eurídice Román afirma que su poesía tiene que ver con ciertos ecos tabasqueños porque tuvo una infancia muy cercana a Tabasco. “Todas mis vacaciones de verano las hice allá, porque mi abuelo, que era Jesús Ezequiel de Dios, vivió y murió allá, y era muy tabasqueño, grosero y escandaloso, era notario público. Son groseros y escandalosos, no hablan, gritan, para mí era sorprendente, porque yo llegaba de la ciudad muy civilizada y era muy bonito por eso, porque no llegaba a lo civilizado, llegaba a lo selvático; como decía mi abuela, “ahí vas con los selváticos”, pero los selváticos… pues mira, un selvático es el presidente de la República hoy, algo han de tener”.
-Hablando del presidente, ¿en algún momento llegaste a pensar que la administración cultural de AMLO sería como ha sido hasta ahora? ¿Cuál era tu expectativa al respecto?
-He sido de izquierda toda mi vida, he luchado porque México sea otro país, y sé que haber llegado a un punto en el que Andrés Manuel pudo llegar, se debe a una lucha de muchísimos de nosotros, de muchos sectores, incluida la cultura. Andrés Manuel nació como político haciéndole la campaña a un político poeta, que fue Carlos Pellicer, y eso es importante, porque eso quiere decir que Andrés Manuel es sensible a la cultura; sin embargo, las condiciones especiales y el detrimento en el que recibió el país, ha sido una batalla muy dura.
-¿Y no lo dejan trabajar?
– ¡No lo dejan trabajar!, y una agresión constante de la que yo no puedo ser partícipe, porque sé que como sea, lo poco que se vaya logrando, es bueno. Sin embargo, en el territorio cultural, te voy a decir cuál es el tema que me molesta: la cultura no es la expresión indígena, precolombina, sino que es universal también en México; así es que, importan tanto los danzantes concheros como El Lago de los Cisnes y las bailarinas del ballet nacional. Considero que más que pensar en lo que no han hecho, hay que pensar en lo que deberíamos de hacer nosotros, y para mí hay que transversalizar la cultura en todas las instancias de gobierno, privadas, de todas partes del país, y créeme que, si eso se hace, si se entiende esa perspectiva, se logra mucho.
-También hay que dejar de ser egoístas, ¿no?
-Sí, pienso que es muy importante, porque, mira, un artista y un poeta parecen ser egocéntricos y no, es al revés, parece que tienen una personalidad egocéntrica, pero no, porque lo más importante es el otro, a donde va a llegar lo que creas. Nadie escribe para sí mismo, siempre escribes con la finalidad de que llegue a algún público y que eso que estás tratando de decir con tus palabras, también le llegue a otro y algo mejore y se transforme su existencia. Creo que todavía estamos en esa construcción y la cultura ha tropezado, no hoy, siempre; no se ha logrado ver el gran potencial que tiene la poesía. Yo tengo un proyecto que se llama Cultura de Paz, Fidelia, y mi propuesta es que a través de la poesía hagamos cultura de paz, y que la poesía esté en el kínder, en la primaria, secundaria, en todos los niveles educativos del país.
-¿Tienes un programa diseñado para hacer eso?
-De hecho, es un manifiesto que te voy a mandar a tu correo, es sobre la importancia de la literatura, pero lo hice originalmente para la poesía y el alcance que la poesía tiene, porque me parece muy importante su papel; te voy a decir por qué: el ser humano se hizo un ser humano cuando logró nombrar, la palabra nos hizo, a partir de ahí, nos levantamos, nos conformamos, eso lo dice Octavio Paz, ¿eh?, que además es un gran poeta, a pesar de todas las cosas que se le recriminan, y con toda razón, ¿verdad?, pero eso no le quita lo gran poeta que sí es.
La aristocracia de la poesía
Para esta poeta, la poesía se va constituyendo, amalgamando poco a poco, “al menos en mi caso”, nos dice, desde el otro lado del auricular. “Tengo publicados cuatro libros de poesía, tengo muchas plaquettes y antologías, le dedico mucho tiempo a la poesía. Hay que hacer una diferencia entre poema y poesía, porque la poesía está también en la danza y en la música, en todas las artes, y el poema es la poesía a través de la palabra, a través de los versos”.
-¿Son solidarios los escritores mexicanos con sus iguales?
-Yo creo que un sector de poetas, sí; en otro, terriblemente, no. Lo real es que hemos vivido hasta hoy una selectividad, una aristocracia de la poesía, como el grupo de “Letras Libres”, antes “Vuelta”, eso le hizo mucho daño a la poesía. Hernán Bravo es amigo mío, pero también pertenece a ese grupo de poetas que aristocratizaron a la poesía y la poesía no es aristócrata, y no lo es porque no es su naturaleza.
-Entonces, ¿hay elitismo en la poesía mexicana?
-Considero que sí y es una pena porque la poesía no tiene que ver con ninguna de esas manifestaciones.
-¿Tiene futuro en este mundo tan tecnológico?
-Yo creo que habrá poesía mientras exista una persona en este mundo. Y tiene mucho futuro si sabemos verlo, porque tiene un gran alcance, ¿por qué?, porque la poesía, a diferencia de otras formas de conocimiento y de experiencia, es vivencial, entonces, no llega por el cerebro, llega por la palabra y por la sensibilidad.
Poesía, la gran transformadora
-¿La poesía pueda cambiar a las personas?
-Yo pienso que es una gran transformadora de esencias y de conciencias; a lo mejor es un idealismo de mi parte, pero siempre he creído en esta capacidad de cambio. Si las personas te escuchan de otra manera, algo pasa en su cuerpo que los hace diferentes. Yo vivo para la promoción de la poesía y la literatura y la importancia de la cultura en este país, y claro que nos hemos tropezado, y mucho, siempre. Eso no me extraña. Espero que logremos los poetas hacer un manifiesto importante, correcto, de lo que debe ser la literatura, la poesía, la cultura en este país. Nosotros somos, de alguna manera, responsables de que no esté pasando lo que tiene que pasar, en manos de un hombre como Andrés Manuel, se podría dar la pauta para cambios, pero tampoco nos importa, no nos ha importado.
Eurídice considera que no hay una buena crítica literaria en México y que eso ha generado grupos elitistas, sectarios, discriminadores de buenos escritores. “La crítica tiene que ser el vehículo entre los creados y los lectores, y no existe eso. También es una de las carencias y es muy importante porque en otros países, en Francia, por ejemplo, la crítica es el vehículo, aquí no, aquí ha sido la promotora de vedetes de la cultura”.
-¿Cuáles son tus proyectos? ¿En qué estás trabajando?
– Ahorita estoy trabajando para la alcaldía Miguel Hidalgo que es donde vivo, en el área de cultura. Doy clases de creación literaria, no de poesía, sino de creación literaria, por una razón, porque con la poesía se restringiría de alumnos, porque no todos escribirán poemas, Fidelia, pero sí habrá poesía en su escritura. Hay narradores que están cargados de poesía, como Elena Garro, y hay poetas que tienen mucha filosofía y una dosis de narrativa, pero son poemas, como Muerte sin fin, Piedra de sol, son grandes poemas, pero el origen de ellos, Paz, Gorostiza, Pellicer, es Sor Juana Inés de la Cruz con Primero sueño, es ese el gran poema, que es el que da a los otros. Ella es una matriz muy importante.
Proyectos de escritura
-¿Qué estás escribiendo ahora?
-El libro que escribí se llama Territorios, y tiene que ver con aspectos psicológicos. Elegía de la tierra, es uno de los poemas, otro tiene que ver con el tema de los desaparecidos, el tren de la bestia, que tiene que ver con cosas sociales.
-¿Es temática social?
-No todo porque también tiene otros aspectos de la cosmogonía y la poesía en sí misma, pero sí me importan estos temas y, por ejemplo, también el contacto con los ancestros, la abuela, y la presencia de las mujeres. Tengo otro que se llama El equilibrista, es sobre esta posibilidad de que las mujeres logremos esta equidad, este equilibro, pero es poesía, ¿eh?, no es política, para nada creo en el poema panfletario. O haces política o haces poesía. Somos seres políticos, pero el arte del poema es otra cosa.
Eurídice Román de Dios reflexiona sobre la poesía escrita por mujeres: “No creo en la literatura femenina, creo en la buena literatura. No solo por ser de mujeres tiene valor, o por ser de hombres, el arte no tiene género, ni la calidad tiene un género humano. Yo no estoy de acuerdo con las mujeres violentas de ahora, ¿eh? Creo en la capacidad de paz”.
Ha publicado los libros: Signos de agua (2016). Creación y movimientos (Ediciones 100 de 100, 2015). Desde otro sitio (2012). Siglos de la piel y relámpagos (2002-2004). Territorios (2020), en proceso de edición.
EL POEMA
Abrazamiento
Nube pasajera de tus labios de sueño con palabras de agua me llevas y agitas como loca enagua, mientras giro en cálido ensueño. Breve florescencia maculí rosado me convierto en frase que viaja al andante vestida de plumas, rojo delirante centalla que enciende campo enamorado. El agua se fuga lo mismo que el viento, el fuego se acerca pero sin quemarnos, el huracán arde en constante acecho. Entonces se impregna jazz en movimiento cuerpo fugitivo para imaginarnos cósmico estallido de lava en el pecho. Nube pasajera…