México.- “Un artefacto cuántico, una singularidad”, así define la poeta tabasqueña Beatriz Pérez Pereda a la poesía. “Es un objeto del cual entendemos poco, o en cuya realidad las leyes de la ciencia que conocemos dejan de funcionar para explicar esa realidad. Es decir, existen muchas “poesías”, hay muchas realidades, propuestas, estéticas, posicionamientos dentro del territorio mexicano”.
Beatriz Pérez, nació en Villahermosa, Tabasco, en 1983. Es poeta y ha recibido los reconocimientos: Premio Nacional de Poesía Amado Nervo en 2015; los Juegos Florales Nacionales de la Ciudad de Toluca 2013; Premio Tabasco de Poesía José Carlos Becerra 2009 y el Premio Nacional de Poesía Rosario Castellanos 2005. Fue becaria del Fondo Estatal para la Cultura y las Artes de Tabasco (FECAT) en 2004 y 2007, en la categoría de nuevos creadores.
Beatriz hace una separación entre los poetas: “El día a día, las preocupaciones económicas, políticas, literarias de los poetas en México son muy diferentes. La vida de una poeta de “provincia”, por ejemplo, yo, es muy diferente a la de quienes viven en la Ciudad de México; la difusión de la obra sería solo una de esas aristas; ni qué decir de la comparación con una poeta en lenguas originarias, o de una poeta que vive en una ciudad con altos índices de feminicidio”.
Beatriz es una de las voces singulares de la poesía mexicana, para ella algunos poetas mexicanos sí han influido en la poesía latinoamericana.
“Recordemos por ejemplo el funeral de Amado Nervo, fue toda una procesión desde México hasta el cono sur. Considero que los poetas modernistas fueron influencia a la vez que participantes durante ese periodo de la historia, ese movimiento que hoy recordamos de la mano de Darío”.
“Creo también, que no se puede negar la influencia de Octavio Paz, su obra, su nombre asociado al Nobel, tuvo y tiene resonancia en toda América”.
Poetas y amistades
Beatriz aventura nombres de poetas que, de acuerdo a su criterio, resuenan actualmente en Latinoamérica, “considero nombres como Minerva Margarita Villarreal, Balam Rodrigo, Margarito Cuellar, Elsa Cross, Ernesto Lumbreras, cuyos libros han sido finalistas o ganadores en premios como el Certamen Hispanoamericano de Poesía Festival de la Lira, o ganadores de premios como el Cardoza y Aragón como René Morales, José Landa. También hay poetas jóvenes que están siendo leídos, como Elisa Díaz Castelo, cuyos dos libros han tenido una enorme respuesta; Armando Salgado, su libro Mato Grosso fue editado en Chile, eso solo por citar dos ejemplos entre los más jóvenes”, dice.
Sobre la existencia de solidaridad o no entre los poetas mexicanos, Pérez Pereda nos dice que existen grupos y al interior de esos grupos, entre los amigos, es donde existe mayormente esa solidaridad, esa es la regla normalmente:
“Uno se junta, hermana, asocia con los amigos, con aquellos con los que tiene afinidades estéticas, políticas, y a partir de ahí se acompaña o desarrolla proyectos. También hay excepciones, proyectos editoriales, de encuentros literarios, redes de difusión, bastante incluyentes o plurales, que intentan integrar representación de todas las voces, tonos, tipos de poesía y poetas en el país”.
Considera que esto es normal y que pasa en todas las profesiones y oficios: “Uno trabaja, tallerea, monta editoriales, con los amigos o con aquellos escritores con los que siente afinidad, con los que se siente cercanos. El siguiente paso sería que todos los grupos, colectivos, identificaran los puntos comunes por los cuales luchar, la pandemia los dejó claros: la seguridad social, la remuneración por todo trabajo realizado, el pago igualitario, sin distinciones de ningún tipo, entre otros”.
-¿Cómo has visto la actuación de la 4T en cuanto a cultura?
– Creo que el signo distintivo de la relación entre el gobierno actual y la comunidad artística ha sido la falta de comunicación, una comunicación verdadera, horizontal, inmediata, transparente, y eso ha originado enconos y malos entendidos.
Afirma que desde siempre el gobierno tiene una deuda con la comunidad artística, al igual que se tiene con otros grupos, como las comunidades indígenas o los grupos con capacidades diferentes.
Sentirse a gusto con la poesía
Para Beatriz, el objetivo de la poesía en su vida ha cambiado al paso del tiempo, en un inicio, de adolescente, cuando empezó a escribir, era una búsqueda de identidad, de descubrir quién era, “descubrirlo a través de la palabra, de los libros que desde niña siempre me fascinaron de una manera natural, sin que mis padres me forzaran a hacerlo, y también fue una búsqueda para encontrar a otros que como yo estuvieran deslumbrados por la palabra”.
Señala que después “la poesía se volvió un lugar para habitar en el mundo, un lugar para sentirme a salvo, independientemente de lo rudo que se pusiera la realidad allá afuera. A veces la poesía es lo único que sé hacer en la vida, el único sitio donde me siento a gusto, la única certeza. Una forma de vivir, ese ha sido el objetivo de la poesía en mi vida y su definición irreductible”.
-Puedes mencionar cinco poetas vivos imprescindibles para ti.
-Una manera fácil de identificar mis autores imprescindibles, es recordando a quienes vuelvo recurrentemente: Guillermo Fernández, es probablemente mi poeta favorito, siempre. Su asesinato en 2012, aún no resuelto por las autoridades del Estado de México, es una ofensa permanente y dolorosa. Joan Margarit, galardonado con el Cervantes recientemente, me parece una de las voces más nítidas y emotivas del panorama mundial, es un poeta que debería ser más leído por todos. Francisco Hernández, a él debemos mucho los poetas nacidos en la década de los ochenta, “Moneda de tres caras” es un libro fundamental en la poesía mexicana. Pura López Colomé, en el último año he estado releyendo frecuentemente Via Corporis, es un libro duro y doloroso, pero deslumbrante. Alejandra Pizarnik, fue la primera poeta que me deslumbró totalmente, al grado de buscar sus obras completas, diarios, etc. La pasión de su vida y escritura fue algo decisivo en mi adolescencia, y en mi decisión para continuar escribiendo.
La crítica y los lectores
“La disciplina y la rutina son los mejores aliados para la escritura”, dice Beatriz, autora del poemario “Teoría sobre las aves”.
“Por lo menos en mi caso es así. De joven uno cree en la vida bohemia, en el apasionamiento, en una catarsis demasiado dramática que a muchos les resulta, pero pronto descubrí las bondades de la rutina, de la disciplina. Cuando estoy más estable, en todos los aspectos de mi vida, cuando logro un horario, una rutina que me hace sentirme cómoda, es cuando más escribo. Y cada vez se vuelve un proceso más metódico, hay mayor investigación, lectura sobre los temas sobre los cuales quiero escribir, abrevar en otras disciplinas que enriquezcan mi visión y se refleje en mi escritura. Eso es lo que me ha funcionado”.
-¿Existe buena crítica literaria en México?
-Es un tema que me parece muy complejo, de entrada, en México nos hacen falta más lectores, y acaso que seamos mejores lectores, por lo menos sí más diversos. Hay muchos libros que se publican en México, y en el mundo, que pasan desapercibidos, que, por difusión o costo, carecen de lectores, las obras que se publican en los estados o en las universidades públicas, la mayoría de las veces carecen de circulación a nivel nacional, de difusión y se pierden en bodegas antes de ser triturados o vendidos como papel para reciclar.
“Por supuesto que hay crítica en México, pero antes del juicio entre buena o mala, creo que el reto es que haya suficientes críticos, y eso, desde donde yo lo veo, vendrá de la mano de un programa exitoso de fomento a la lectura, de la distribución y acceso al libro y a los espacios amigables con los públicos lectores”.
Escribir desde lo que soy
Respecto a la diferencia entre poesía femenina y masculina, Beatriz nos cuenta que ella escribe desde la experiencia, y dice que esa experiencia esta cruzada, atravesada por lo femenino, y con todo lo que eso conlleva, “es decir, todo lo que he vivido a raíz de haber nacido mujer, y no hombre, y eso de alguna o muchas maneras se ve reflejado en mi obra poética, en el punto desde donde estoy parada al empezar a escribir”.
“Tal vez lo que yo escribo es una poesía femenina, pero básicamente es porque escribo desde quien soy, o desde intentar encontrar una respuesta a eso. La poesía, a pesar de que tal vez su realización máxima es cuando le sirve a otro para acompañarlo en un momento de soledad, de dolor, o de alegría, es un asunto sumamente subjetivo e individual al momento de su creación; quizá por eso existen muchas ‘poesías mexicanas’, tantas como cada uno de los poetas que escribe en México”.
Pérez Pereda considera que existe una tendencia a la alza, además de necesaria y pertinente para nuestros tiempos, de más poesía publicada escrita por mujeres, con más lectores, más difusión, “y eso sin duda nos permite una expresión y tradición poética más plural, más abierta al diálogo”.
– Cuáles son tus proyectos? ¿En qué estás trabajando?
-Yo siempre estoy pensando en escribir cuando no estoy escribiendo, con esto me refiero a que para mí casi todo es material poético que puede transformarse en poesía. Desde hace algunos años leo mucha narrativa, Alice Munro, Lorrie Moore, Lucia Berlin, Ted Chiang, eso se ha incorporado a mi escritura, también me interesan actualmente algunos temas relacionados con las neurociencias, de la física, o algunos que cruzan mi formación académica como abogada, como es el caso del reconocimiento de las personas no humanas, leo sobre todos esos temas, escribo, me gustaría decir que diario pero no siempre es posible, espero pronto tener otro libro terminado, mientras, como casi la mayoría de nosotros, trato de sobrevivir a esta realidad que nos tocó vivir, a estos tiempo de pandemia, deseando que pronto podamos volver a abrazarnos y respirar el mismo aire sin temor inmediato a la muerte.
Beatriz Pérez Pereda tiene publicado los poemarios: “Teoría sobre las aves”, Libros Invisibles-CECAN 2018; “Un hermoso animal es la tristeza”, Laberinto Ediciones-UJAT 2016.; “Los sueños del agua”, Instituto Municipal de Cultura de Toluca 2013; “Álbum Personal”, UJAT 2013; “La impaciencia de la Hoguera”, Instituto Estatal de Cultura de Tabasco 2010 y “Trópico de ausencias”, Guesa Ediciones 2010.
EL POEMA
Llama a ese número
Llámame por teléfono a la tarde.
Marca ese número que se parece tanto a un corazón.
(…) y llámame como si pudieras llamarme,como si yo pudiera contestarte desde un teléfono cualquiera…
José Carlos Becerra
I
Suena el teléfono
después de tanto tiempo llamas
tu voz tiene los mismos tropiezos
las mismas piedras en las mismas palabras
Te escucho
reconozco la paz de tu ausencia
Tu nerviosismo es un trofeo mellado
para mi corazón
Cómo invocar el deseo
cómo sentir la premura de una palabra
dicha quedamente en la espalda
y tener la disposición de esperar la luz
en una habitación oscura
Luego lo ordinario
—sí, estoy muy bien— aunque eso no sea todo
sino también las avenidas interminables
los huéspedes tercos de la culpa
Un hubiera que entre nosotros tuvo nombre
diálogo subterráneo de lo que en realidad significa esta llamada
Triunfar sobre la espera también es una pérdida
Sé que ambos hablamos sentados frente a un espejo
—Aun sigues ahí…—
No te extraño
me extraño a mí en otro tiempo
II
No esta noche
cuando el viento es suave
en las velas de la memoria
No en esta tregua
que he puesto vendajes
en las marcas de mi tristeza
y han parado de doler mis pies
que siempre persiguen sombras falsas
No en esta hora
en que he convencido a mi pecho
de la necesidad de un suspiro
y las cosas todas en casa están quietas
sin el murmullo trémulo
con que se cuentan los hechos de ayer
la alegría que sólo fue ayer
Hoy no llames
detente ante ese número que es un aullido para mi corazón
Hoy he puesto brillantes en mi cuerpo
para desafiar mi parte turbia
la parte que aún se asoma a esperar tu regreso
III
Hoy deberías de haber llamado
si las matemáticas son infalibles
si la mecánica del cielo
y las líneas de los quarks en movimiento
se repiten en nuestro centro
Si la huida de las galaxias
de su pasado inexplicable
hacia un agujero
donde la luz arrodilla sus espadas
tiene su igual en el dolor y la angustia de una espera
en la prisa que tengo de oír ese repiqueteo
la sola tonada que puede derribarme
Si es cierto el mito del universo
y su orden impecable
hoy deberías haber llamado
Pero el mundo (quizá sólo éste)
es un instructivo sin las reglas detalladas
una receta sin la información precisa