La torta de tamal o también llamada “guajolota”, además de ser muy rica, es muy económica, llenadora y fácil de conseguir.
Se estima que al día se venden 1,200,000 tamales en la Ciudad de México, a lo largo de unos 18,000 locales, la mayoría informales.
¿Te imaginas la cantidad de calorías que tiene este representante de la gastronomía del Distrito Federal?
Aquí la respuesta:
Tamal de 100 gramos: 850 calorías
Bolillo: 100 calorías
Atole: 180 calorías
total: 1,130 calorías
Y es que este tamal que va freído en aceite, y que consigues al económico precio de 15 pesos, puede alcanzar entre 1,800 y 2 mil calorías.
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), un hombre requiere alrededor de dos mil calorías para cubrir sus necesidades de energía diarias, y las mujeres de de 1,600 a 1,800 calorías.
Entre los puntos en contra que tienen estas tortas, es que el tamal está hecho de manteca de cerdo y harina de maíz, conteniendo muchos carbohidratos, grasas, y muy poca fibra, esto ocasiona que en menos de media hora las grasas lleguen al torrente sanguíneo y se incremente la glucosa, se produzca más insulina y la grasa se acumule en músculos, hígado y en el cuerpo.
¿Y quién está detrás de esas camionetas que muy temprano reparten en diversos puntos de la ciudad estos puestos callejeros?
Muchos de estos negocios no tienen ningún tipo de regulación, y los vendedores en realidad son trabajadores explotados de una red clandestina que se encarga de operar gran parte de este negocio en la ciudad.
También está el tema de la contaminación que generan los anafres y carbón que se usan en estos puestos. Si consideramos los miles de locales que funcionan por las mañanas de lunes a viernes, entonces el daño ambiental puede ser considerable.
Con esto no se pretende que dejen de comer tortas de tamal, sino poner en una balanza la cantidad de calorías que este platillo contiene y no consumirlas en exceso.