Murió este viernes en La Habana, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, uno de los militares más poderosos de Cuba y exyerno de Raúl Castro, tenía 62 años y su deceso ocurrió por un paro cardiorrespiratorio, informó el gobierno en una nota oficial.
López Calleja dirigía el poderoso Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Gaesa), el ala militar que controla desde hoteles hasta el cambio de divisas en la Isla, falleció “en las primeras horas” de este 1 de julio, según informó el diario estatal Granma.
Rodríguez López-Calleja tuvo el grado de general de división y era visto por parte de la población de Cuba como el “zar militar” de la economía y el hombre que llevaba “el control en secreto” de las finanzas de la isla.
Ni el Gobierno cubano ni sus medios oficiales habían mencionado hasta ahora que tuviera problemas de salud, pese a algunas especulaciones de que estaba enfermo entre la disidencia fuera del país.
Estuvo casado con Déborah Castro, hija del expresidente Raúl Castro, con quien tuvo dos hijos. Uno de ellos es Raúl Guillermo Rodríguez Castro, escolta del exmandatario Raúl Castro y jefe del Departamento de Seguridad Personal del Ministerio del Interior.
Pese al divorcio de la pareja, el general Rodríguez López-Calleja siguió siendo el hombre de confianza del hermano de Fidel Castro y era visto por la oposición como la mano derecha de la familia dentro del actual gobierno.
En 1996 comenzó a dirigir Gaesa, el grupo de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que controla gran parte de la entrada de divisas a la isla, algo fundamental en la ahogada economía de Cuba, un país que importa el 70% de lo que consume.
Al frente de Gaesa, Rodríguez López-Calleja manejaba el sector más relevante de la economía, en manos de los militares, y que se extiende desde hoteles hasta gasolineras, puertos, constructoras, servicios de aduanas, tiendas minoristas e, incluso, comercio electrónico.
Pese a su poder, era conocido por ser un hombre apartado de las cámaras y del ojo público, y su presencia en el gobierno estuvo por años a la sombra.
Todo cambió el año pasado, cuando se anunció que se convertiría en diputado a la Asamblea Nacional, un paso que fue visto por algunos analistas como una potencial escalada hacia un mayor poder político en la isla.
Ese mismo año fue elegido, además, como miembro del Buró Político, el más poderoso grupo de ministros y funcionarios del Partido Comunista de Cuba.