México, ESPECIAL.- Tal vez todos saben quién es Keith Raniere y conocen sus vínculos con los hijos de personajes de alto perfil en México, entre ellos Emiliano Salinas, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, pero pocos saben que al interior de la secta NXIVM se referían a él como Vangard, en honor al personaje de un famoso videojuego que el propio Raniere disfrutaba en sus ratos de ocio. También le gustaba besar en la boca a todos los socios a su alcance, hombres y mujeres por igual.
En las audiencias de Raniere fue donde aparecieron los primeros nombres de sus seguidores mexicanos, algunos formaban parte del círculo más cercano del acusado, otros eran sus parejas o posibles esclavas sexuales. A esta lista también se agregan los miembros de alta jerarquía y propietarios de las filiales de sus empresas en México.
La serie documental de HBO The Vow es relevante porque da cabida a los testimonios de un grupo de desertores de la secta, quienes trabajaron en conjunto y lo denunciaron ante el FBI, aportando pruebas testimoniales importantes, de donde se desprenden las investigaciones que, a la postre, culminaron con la condena dictada el martes pasado contra Raniere, de 120 años de prisión.
Uno de los desertores de mayor rango es Mark Vicente, un cineasta sudafricano con cierta fama, quien llegó a NXIVM luego de salir huyendo de otra secta, la escuela de Iluminación de Ramtha.
Mientras Vicente intentaba desprogramarse de las enseñanzas de una mujer que hablaba con extraterrestres, consiguió la confianza de Raniere, por lo que le fue encomendada la delicada labor de documentar sesiones privadas, fiestas y momentos íntimos, así como de desarrollar los beats publicitarios de la empresa fachada, que ofrecía cursos de superación; en términos generales, levantó un amplio registro sobre las entrañas de la secta y sus protagonistas. Muchas de esas grabaciones salen a luz por primera vez en el documental dirigido por Jehane Noujaim, nominada al Oscar por el documental The Square.
Una de las primeras impresiones que deja la serie es que Raniere es tan anodino, que roza la intrascendencia. Y es descubrir cómo un ser tan ordinario logra dominar a todos esos guapos, blancos, ricos, poderosos y bien educados, lo que engancha.
Sin embargo, mucho antes de la serie de HBO otros ya habían denunciado los abusos de Raniere. Uno de los más visibles es el periodista Frank Parlato, quien, en su blog de atronador estilo, ha logrado acumular una vasta investigación centrada en varios delitos de cuño financiero y fiscal, pero sobre todo, en el daño que se ha causado a los miembros desertores, a quienes tiene acceso pese al temor del que son presas, al grado que muchos de ellos viven escondidos y prácticamente en el anonimato. Otros viven traumatizados y con secuelas permanentes, o se han visto obligados a declararse en bancarrota, tras perder todos sus bienes al enfrentar el terrorismo legal que suele practicar la secta, y que fue financiado por los 65 millones de dólares que las multimillonarias hermanas Bronfman entregaron a Raniere, a lo largo de 10 años.
Parlato también ha participado en un documental de dos partes, en el que se detalla la extraña desaparición y presumible muerte de al menos cuatro mujeres relacionadas con NXIVM, el cual fue producido por la cadena Discovery Inc. y transmitido por el canal ID.
Por otro lado, la escritora mexicana Roberta Garza publicó Márcame, amo, de Cal y Arena. Un libro que nace de las revelaciones que surgieron en el juicio de 2019, en la corte de Nueva York. Con buen olfato, Roberta logra separar de entre toda la información, los mecanismos de dominación que tan bien manejaba Raniere, lo que le aseguraba tener a su alrededor un séquito de mujeres guapas, inteligentes y con gran temperamento, quienes eran las que, esencialmente, se encargaban de financiar, crear, pulir y transmitir ese halo de misticismo que lo asemejaba a un moderno semidios, con el coeficiente intelectual de un genio.
Al parecer esto último no es un mito más sobre Raniere, a pesar de que tiene su dosis de fantasía. Antes de volverse un controvertido método que sumó miles de objeciones de especialistas en la materia, la prueba de inteligencia creada por el filósofo Ronald Koeflin -conocida como Mega- le otorgó a Raniere el más alto puntaje que se podía conseguir, hecho que lo inscribió en el libro de los Récord Guinness, además de servir como gancho publicitario, por supuesto.
Pero en los momentos más íntimos, el propio Raniere se describía como un “modesto monje” que era capaz de “reformar” a las mujeres homosexuales mediante el poder de su semen. Porque el gurú no sólo era misógino y afecto a los latinajos, también era homofóbico y le gustaba la terapia de choque.
Pareciera que lo sabemos todo sobre sectas desde la tragedia de Jonestown -donde hace 40 años perdieron la vida más de 900 personas, en una localidad de la Guyana Francesa fundada por el pastor evangélico Jim Jones, conocido como el mayor suicidio colectivo de la historia.
Sin embargo, el caso de NXIVM acaparó la atención del público al darse a conocer que al interior de la organización operaba una sociedad secreta denominada Dominus Obsequious Sororium (señor sobre las mujeres esclavas) mejor conocida como DOS, en donde se marcaba con fuego a las mujeres, que aceptaban el rol de esclavas sexuales y voluntariamente entregaban pruebas que las comprometían a ellas o a sus cercanos, con la finalidad de que fuesen utilizadas en su contra en caso de desobediencia. Las pruebas de garantía podían ser fotografías comprometedoras, desnudos, secretos íntimos o familiares o los papeles de sus propiedades inmobiliarias.
Vale la pena recordar que esos métodos fueron consistentemente utilizados para dominar a las mujeres que pertenecían al clan. Al paso del tiempo, se refinaron los mecanismos y se implementó la yerra, pero hay evidencia de que la violencia misógina está presente desde los comienzos de NXIVM y las víctimas se cuentan por decenas.
Todo ésto suena a partes iguales tan estrafalario como trillado, por lo que resulta aún más extraño que los miembros no detectaran o percibieran el dejo falsario de la doctrina, más aún si consideramos que los miembros son en su mayoría gente blanca, de clase media-alta y alta, educada en las mejores universidades del mundo, con una buena cantidad de viajes en su prontuario y con derecho de picaporte en los salones de las élites del norte de América.
Y tal vez es ahí donde radica la parte nuclear que le permitió a Raniere operar con total impunidad desde 1998, cuando fundó la secta al lado de Nancy Salzman -una enfermera devenida en hipnotista, con gran conocimiento de las técnicas de PNL y al día de hoy declarada culpable por complicidad. Lo que deja claro que este asunto no pasa por la inteligencia ni por la razón, sino por las emociones y los deseos, por la vulnerabilidad y la aspiración, por la condición humana.
Son los vacíos o las carencias los que encuentran algún tipo de consuelo en estas sociedades cerradas, que los reconocen y valoran por sí mismos y, en ocasiones, a pesar de sí mismos. El sentido de pertenencia también juega un rol importante, además de que son convencidos que todo su proceso al interior de la secta, por doloroso o sinuoso que parezca, es “para cambiar al mundo”, es decir, para un bien mayor, lo que dota de un nuevo significado la vida de esos seres que lo tienen todo, menos un propósito de vida.
Por otro lado, el famoso “método” científico impartido a unas 16 mil personas en los seminarios de NXIVM, es un pastiche extraño entre los conceptos primarios de la cientología, la técnica fraudulenta de la Programación Neurolingüística y la tramposa hipnoterapia ericksoniana, sazonado con matices FX de cuño asimoviano y, por qué no, desplantes plavovianos al por mayor. Sin embargo, nadie estaba autorizado a revelar ni el método ni sus impresiones sobre la experiencia, debido a que eran obligados a firmar una cláusula de secrecía “para resguardar la tecnología patentada por NXIVM”. De este modo, todas las actividades de la secta quedaban envueltas en un halo de misterio y profesionalismo que hacía difícil precisar el grado de locura que se estaba gestando en su interior.
A raíz de la sentencia dictada el martes pasado, se han escrito ríos de tinta sobre la secta y el documental, pero se ha quedado un tanto escondido un dato que me parece fundamental: a raíz de que el movimiento #MeToo se viralizó y sometió al escrutinio público el comportamiento sexual de algunos personajes icónicos como Harvey Weinstein, se creó la coyuntura para reventar la burbuja que mantenía a salvo a Raniere. Fue hasta entonces que las autoridades, el FBI y los fiscales echaron a girar a la justicia en contra de Raniere y los demás integrantes de NXIVM.
Los desertores de The Vow habían rendido sus declaraciones al FBI varios meses atrás, incluso años, en el caso de las desapariciones registradas por Parlato y, por razones que no han sido explicadas aún, las autoridades no habían actuado, o lo habían hecho con tibieza y fueron aplastados por la agresiva maquinaria legal de NXIVM, pese a la ingente cantidad de denuncias y actos delictivos asociados a Raniere y sus cercanos.
La sentencia contra Raniere está muy lejos de cerrar el capítulo de NXIVM. HBO anunció en días pasados que dio luz verde a la segunda temporada de The Vow, la cual se centrará en México y sus socios millonarios.
Vale la pena recordar que el grueso de los delitos por los que Raniere fue condenado están íntimamente ligados a un trío de hermanas mexicanas, residentes de NY. Una de ellas fue encerrada durante dos años en una habitación por haberse enamorado de un hombre distinto a Raniere y otra, fue abusada sexualmente por el gurú cuando aún era menor de edad. Una de ellas dio a luz a uno de los dos hijos de Raniere, un privilegio que a ninguna otra mujer de la secta le fue permitido, pues eran obligadas a abortar.
El primer hijo de Raniere logró sobrevivir debido a que su madre, ex miembro de la secta y una de las mujeres preferidas del gurú, se escapó de las instalaciones en Albany tan pronto supo que estaba embarazada; desde entonces vivió en la clandestinidad y acosada por el temor de ser localizada por el equipo de detectives contratados por NXIVM con ese fin.
Por lo pronto, de ellas sólo conocemos sus nombres de pila, pero sus historias todavía permanecen en penumbra.