Los representantes de Santa Claus, más conocido en Chile como el “Viejito Pascuero”, deben soportar cada año el intenso calor de la temporada prenavideña, con temperaturas que superan los 30 grados centígrados.
Vistiendo el grueso y tradicional atuendo rojo, y con una campana en su mano, los representantes de Santa Claus en este país sudamericano reciben con paciencia, y bastante calor, a los niños y sus cartas en varios centros comerciales de la capital chilena.
Don Jacinto, que luce una barba blanca natural y lentes ópticos, lleva varios años como “ayudante” oficial del “Viejito Pascuero” y asevera a Notimex: “Esta es mi vida cada diciembre. Me gusta mucho escuchar a los niños y a los más grandes también”.
“Me sorprende como el ‘Viejito Pascuero’, independiente de la edad, genera en las personas algo especial. Yo creo que la gente ve esperanza, se olvida de sus problemas, retrocede por unos segundos a sus años de niño y recuerda cuando alguna vez le pidió algo a Santa Claus”, añadió.
Reveló que “espero cada diciembre para vestir este grueso traje rojo y escuchar a los niños. Me gusta mucho, me siento muy bien en este rol, me emociono con la inocencia de los chicos y también de los grandes. Me piden muchas cosas materiales, pero también me piden estar bien, que no les pase nada a los papás, es emocionante”.
En este lugar, el fuerte calor de diciembre se reduce en alguna medida gracias al techo del centro comercial Paseo Arauco Estación, por lo que este ayudante de Santa Claus sólo bebe una bebida isotónica cada cierto rato para no deshidratarse producto del calor que genera el grueso atuendo rojo.
Decenas de padres pasan cada día por este lugar para que sus hijos le entreguen la respectiva carta con sus peticiones a Santa Claus y además se saquen una fotografía instantánea con él por poco más de cuatro dólares.
Algunos de ellos, generalmente los de más corta edad, miran con extrañeza al personaje e incluso a veces no sonríen cuando las ayudantes del “Viejito Pascuero” los sientan junto al tradicional personaje decembrino.
Un trineo sirve de escenario para que los niños tengan algunos segundos de confianza y respondan a la tradicional pregunta que les formula el rojo personaje: “¿Cómo te portaste este año?”, respuesta que la mayoría de las veces es un tímido “bien…”.
La mirada del “Viejito Pascuero” también se dirige a los padres del niño, en una secreta complicidad respecto si podrán cumplir con el sueño del menor, “es algo que queda entre nosotros y donde casi siempre obtengo una sonrisa de regreso”.
Ya avanzada la tarde, el representante de Santa Claus señala que hará una pausa en su tarea “para estirar un poco las piernas… pero sólo unos minutos, porque los niños no pueden esperar. Falta muy poco para la Navidad y me debo llevar todos sus deseos a tiempo para tratar de cumplir… Feliz Navidad…”, dice el anciano personaje, quien se pierde con un paso lento y cansino en medio de la gente que camina con velocidad en busca de regalos.
Notimex
