Luego de más de 26 años de uso ininterrumpido, ayer por la madrugada, tras regresar de París, concluyó la operación internacional del avión presidente Benito Juárez TP-01, el avión presidencial marcado por la falta de refacciones y su obsolescencia ante la innovación.
Este Boeing 757-225 acumuló en los últimos cuatro años una serie de fallas, elevó su costo de mantenimiento y dejó de ser funcional.
Integrantes de la tripulación del actual TP-01, advirtieron que esta aeronave tiene tecnología antigua que complica su operación ante los nuevos estándares internacionales, y que su autonomía es insuficiente y riesgosa para los requerimientos del Jefe del Ejecutivo.
De acuerdo a fuentes de la Presidencia de la República, detallan que fuera de México es frecuente que al avión presidencial ya no se le permita descender en algunos aeropuertos debido a que es ruidoso, contamina y su vieja tecnología hace difícil su operación, por lo que es desviado a aeropuertos militares. Sucedió en Tokyo, París y Roma.
Durante este sexenio, el avión presidencial ha vivido capítulos de riesgo, por eso será sustituido por el avión José María Morelos y Pavón (Boeing 787-9 Dreamliner) el próximo 18 de diciembre.