México.- Está claro que la sociedad es cada vez más consciente de los beneficios que aporta una alimentación variada y saludable. Sin embargo, este conocimiento generalizado de la población ha provocado que se popularicen ciertas dietas que se venden como la panacea universal, pero cuyo seguimiento puede resultar, incluso, contraproducente.
La dieta alcalina ha sido una de las que en los últimos años ha saltado al estrellato y de forma literal, porque han sido muchas celebrities las que han se han hecho eco de este régimen y de los kilos que se pierden con él. Jennifer Aniston, Kate Hudson, Victoria Beckham, Gwyneth Paltrow y un largo etcétera.
Pero, para los que aún no lo tengan muy claro, ¿en qué se basa realmente este plan alimenticio? “La dieta alcalina sostiene que las enfermedades se desarrollan en medios ácidos, es decir, con bajo pH, y, por ello, para prevenir ciertas enfermedades es necesario aumentar este pH alcalinizando nuestro organismo a través de la alimentación”, explica Sara Corredor, miembro de la Junta Ejecutiva del Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunidad Valenciana (Codinucova).
De esta forma, este plan supone el consumo de un 80% de alimentos alcalinos o alcalinizantes (frutas, verduras y legumbres), más un 20% de nutrientes ácidos, que se concentran en la comida proteica y láctea.
La experta cuenta que “se cree que ciertos alimentos alcalinos evitarán dicha acidez en nuestro organismo y podrán tratar y prevenir ciertas patologías como el cáncer, la obesidad, enfermedades cardiovasculares…”. Precisamente la idea del supuesto poder curativo de todas estas afecciones es lo que ha aumentado la fama de esta dieta en los últimos meses, que ha sido defendida, tal y como señala Corredor, “por gurús de la alimentación y practicantes de la medicina alternativa”.
En este sentido, la nutricionista aclara que la dieta alcalina “parte de una teoría científica, pero se demostró que era errónea porque no existe evidencia científica alguna que respalde que el aumento de la alcalinidad en el cuerpo signifique mayor salud”. Esta dieta milagro, como la llaman los expertos, ya ha sido cuestionada en varias ocasiones por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que ha insistido siempre en que “no existe ningún alimento ni combinación de ellos que cure el cáncer”.
Una afirmación que defiende también el Instituto Americano para la Investigación del Cáncer, que añade que, en realidad, nuestro equilibrio ácido-base está bien regulado porque, generalmente, el organismo sabe controlar el pH de la sangre. De hecho, por nosotros mismos no podemos cambiar los niveles de acidez del cuerpo por varias razones.