Al iniciar el proyecto de la serie “En la vida de… Joan Sebastian” el cantante José Manuel Figueroa, quien la protagonizó, tuvo dos objetivos principales: que el público que no conocía a su padre supiera quién fue, así como limpiar el nombre de “El Poeta del Pueblo”.
“Mi cometido inicialmente era que el público se enamore de la música de Joan Sebastian. Esta serie se la dedico especialmente a mi madre, mi actuación, mi trabajo, no la historia, porque quiero que ella sepa cuando vea la serie que habrán escenas muy fuertes, aparte de desnudos y quiero que esté preparada”, declaró.
“Quiero que esté tranquila de que estoy bien, que lo hice con mucho amor. Esta serie fue una oportunidad de despedirme de mis hermanos y eso fue hermoso, reviví a mis muertos, dentro y fuera de cámara de alguna forma sentí de nuevo a mis hermanos y el ambiente familiar desde mis abuelos que guardo con mucho cariño en el alma”, añadió a los medios.
Indicó que la serie no podrá retratar absolutamente todo lo que vivió el intérprete de “Tatuajes”, ya que es poco tiempo, comparado con sus 64 años de vida.
En este tiempo que actuó en escenas “fuertes y desgarradoras” pudo convivir con su hermano Julián, que aunque no tenían escenas juntos, de repente tenían llamados el mismo día y compartían el camerino, mientras esperaban que todo en el set estuviera listo, por lo que además de platicar, bromeaban un poco.
“En total son 17 horas, es imposible contar 64 años de vida en los que fue compositor, papá, hermano, esposo y una persona muy exitosa, entonces hay que hilar esta gran historia en donde hay tragedia para que tenga más fluidez”, aseveró.
Para el cantante fue muy emotivo verse por primera vez caracterizado como su padre, verse desde un ángulo diferente después de un largo y apasionado trabajo, junto con los demás actores y gente que participó en la producción y que, dijo, entregó el alma “mucha gente estuvo dando más de lo normal para que esto fuera un gran programa”.
Llegar a la meta de concluir esta serie, piensa, fue difícil; sin embargo, Estrada desde el principio le platicó que cuando esto llegara a su fin él se sentiría de otra forma e iba a aprender muchas lecciones.
“También me dijo que iba a tener esta emoción que tengo, le agradezco totalmente por enseñarme tantas cosas y si algo me llevo de esta serie es haber conocido a gente maravillosa”, aseguró.
A pesar de que oficialmente ya se anunció el fin de las grabaciones, Figueroa aclaró que todavía hay algunos compromisos pendientes en la postproducción que se resolverán en los meses próximos.
Ya que considera que hay algunas escenas que se pueden mejorar, como en el proceso de cualquier grabación y se analizará si se quedan así o se repiten algunos audios musicales también.
“Deseo agradecer por tanto amor que dieron a la serie, algunos conocieron a mi padre, pero muchos no; sin embargo, entregaron el alma, quiero que respetemos, porque muchas familias dependen de que esto sea un éxito.
“Realmente son personas que dieron todo en su chamba, entregaron todo su esfuerzo y por eso estoy aquí, porque quiero honrar de alguna forma el trabajo, el cariño que le dieron a mi padre y no se me hace respetuoso para las personas que dieron de sí mismo que ahora esto se pudiera convertir en un circo (por las polémicas que ha habido alrededor).
José Manuel ahora quiere retomar su camino en la música y espera que en su carrera se pueda empatar el trabajo actoral, que en esta ocasión realizó con mucho amor.
Con esta experiencia pudo conocer que los llamados realmente son bastante exigentes, con lo cual se quedó impresionado, ya que en cada grabación, informó, se pide mucho, tanto en la parte de producción como a los actores, quienes ya están acostumbrados a esto.
“En mi caso, no estaba ni enterado de lo que eran esto de los llamados, sí fue complicado, pero el compromiso era con un ser humano muy importante que es mi padre, entonces había que sacar la casta”, concluyó.
