Morelos.- Seis días después de morir tras ser alcanzado por una bala durante el desfile por el Día de la Independencia de los Estados Unidos, en Chicago, el cuerpo de Don Nicolás Toledo arribó la madrugada de ayer, domingo, a su pueblo natal, Nexpa, en el municipio de Tlaquiltenango, para ser sepultado.
Familiares, amigos y conocidos de Don Nicolás se dieron cita desde la tarde del sábado en casa de la familia Toledo, enclavada en una serranía a dos horas de la capital morelense, para despedir el cuerpo del hombre de 78 años de edad.
Francisco Toledo, uno de los ocho hijos de don Nicolás, aseguró que fue deseo de su padre ser sepultado en la tierra que lo vio nacer y crecer antes de tener que emigrar a la Unión Americana en busca de una mejor calidad de vida.
“Es como todos, mi mamá también dice: sí me gustaría que fuera aquí (que la sepultaran). Y es de que como aquí tenemos raíces, como decimos: aquí tenemos tu ombligo, ¿no? Siempre quiere uno (quedar) con la gente que siempre ha tenido amistades cerca, conocidos de hace mucho tiempo”, expresó Francisco.
En entrevista, Francisco reiteró que ni él ni su familia sienten rencor contra el tirador que terminó con la vida de su padre, a cuya madre envío desde Nexpa un mensaje.
“La familia Toledo no tiene coraje contra la madre, sabemos que está sufriendo y me gustaría que este mensaje llegara hasta ella: que doble sus rodillas y que se humille de todo corazón a Dios, a aquel que nos dio la vida, a aquel que derramó su sangre en la cruz del Calvario, a aquel que dejó el trono para que nosotros tuviéramos vida, y pida a Dios por su hijo y sabemos que, aunque su hijo hizo esto, si su hijo también se arrepiente, también va a alcanzar la misericordia de Dios. Hay tristeza aquí, pero rencor hacia ellos no lo hay”, dijo.
En los funerales también estuvo presente la esposa de Don Nicolás, quien lo acompañaba en el desfile durante el momento del ataque.
“Yo estaba con él, con mi nuera, mi hijo, mi hija, mis nietos enfrente y todo y cuando mi nieta, una vio bien cuando le dieron el balazo y todo, y le dieron el otro en su cabeza, pero yo no vi nada, porque yo corrí y me fui, ya nada más ellos, pues ahí se quedó mi hijo, mi hija y, mi hijo un poquito lastimado de su tobillo, aquí le pasó la bala y aquí otro rozón”, comentó Doña Petra Díaz.
La ahora viuda de Don Nicolás narró el pánico que sintió en ese momento.
“Apenas habíamos llegado al desfile que siempre hay el 4 de julio y ahí nunca nos imaginamos lo que iba a pasar… cuando yo escuché los balazos yo pensé que era como un cuete grande y ya cuando vi que toda la gente corrió, pues yo corrí, ya no supe nada, pero mis hijos no se movieron, ahí se quedaron con él… yo al momento no supe ni qué, yo corrí, porque, pues los balazos, tan feo y todo, y ver más tirados ahí y todo. Yo corrí”, contó.
Desde la tarde del sábado y durante este domingo, familiares y amigos de don Nicolás rezan, cantan y piden por el eterno descanso de su alma.
Para Francisco, su hijo, éste no es un adiós, sino un hasta luego.
“No le digo adiós a mi padre, sino hasta pronto, porque yo sé que muy pronto, digo muy pronto porque sé que a veces se entiende que el tiempo es largo, pero es muy corto, estaré yo con él. Yo sé que él está en las manos de Dios y yo me seguiré esforzando para que también Dios tenga misericordia de mí y algún día estar en la presencia de Dios, justamente con él”, dijo.
La familia de Don Nicolás permanecerá unos días más en el estado de Morelos para después viajar de regreso a los Estados Unidos, de donde son residentes legales, para continuar con sus actividades y vigilar que las autoridades de aquel País hagan justicia por el asesinato de su padre.