Turquía expresó hoy su preocupación por el aumento de la tensión entre Arabia Saudita e Irán a raíz de la ejecución de un prominente clérigo chiíta y pidió prudencia a ambos países, ya que la hostilidad sólo empeora la situación en la región.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, exhortó a Arabia Saudita e Irán a usar los canales diplomáticos para calmar las tensiones provocadas por la ejecución del clérigo Mimr Baqer al Nimr, incluso ofreció su ayuda para solucionar la crisis.
“Los canales diplomáticos se tienen que usar inmediatamente. Estamos preparados para ofrecer toda la ayuda constructiva que podamos para una solución”, aseguró Davutoglu durante una reunión de su partido AKP en el Parlamento.
El viceprimer ministro turco, Numan Kurtulmus, también pidió a Irán y Arabia Saudita dejar atrás las tensiones y resolver la crisis diplomática, ya que afirmó que la hostilidad entre ambas naciones sólo empeora la situación en una región que ya es muy inestable.
“La región ya es un polvorín”, dijo Kurtulmus a la agencia turca de noticias Anatolia.
“Necesitamos la paz en la región. Como país que es amigo de Arabia Saudita e Irán, decimos que deben actuar con moderación. La enemistad perjudicará a ambos países y dañará la región”, agregó.
Por su parte, el Ministerio turco de Relaciones de Exteriores expresó su preocupación por la escalada de tensiones entre Irán y Arabia Saudita y llamó a la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países.
“Turquía llama a terminar con esta amenaza, a restablecer las relaciones diplomáticas y pide prudencia a ambas partes”, señaló la cancillería en un comunicado difundido por el diario local Hürriyet.
Arabia Saudita rompió el domingo pasado relaciones diplomáticas con Irán después de que la embajada saudita en Teherán fuera atacada e incendiada, en protesta por la ejecución de Al Nimr, considerado uno de los líderes de la Primavera Árabe de 2011.
Al Nimr, un crítico de la dinastía Al Saud, había sido condenado a muerte en octubre de 2014, casi dos años después de ser detenido por apoyar los disturbios contra las autoridades sauditas que estallaron en febrero de 2011 en la provincia de Al Qatif, en el este del país.
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