México.- De acuerdo a la ONU en el mundo hay más de 5 mil grupos indígenas que hablan hasta 7 mil lenguas distintas en todo el mundo, lo cual representa un 5% de la población mundial.
A pesar de la diversidad de estos pueblos, así como de las cosmovisiones, en muchos casos milenarios, que caracterizan sus culturas y estilos de vida se han visto en la necesidad de adaptarse a los cambios en la mayoría de las ocasiones derivan de la migración de sus lugares de origen.
Hoy en día 2680 de esas 7 mil lenguas indígenas están en peligro. Por este motivo, la Asamblea General de la ONU proclamó que el 2019 es el Año Internacional de las Lenguas Indígenas.
Tan solo en México se hablan 68 lenguas indígenas , reconocerlas es reconocer nuestra historia y diversidad cultural.
En ese sentido, las lenguas indígenas también son parte importante de sus culturas y de la historia de la humanidad, pues representan todo el conocimiento y entendimiento del mundo a partir de una cultura en particular.
¿Por qué nuestra sociedad sigue llamando dialectos a las lenguas indígenas que se hablan en México?
Esta denominación es incorrecta; aquí te explicamos por qué y cuáles son las diferencias.
Para empezar, revisemos las definiciones de lengua, idioma y dialecto.
Lengua, según el Diccionario del Español de México, es un “sistema de signos fónicos o gráficos con el que se comunican los miembros de una comunidad humana”, mientras que idioma es la “lengua de un pueblo o nación; lengua que lo caracteriza”.
En otras palabras, una lengua es un sistema lingüístico o de comunicación organizado, que es usado por una comunidad, y un idioma tiene implicaciones políticas, administrativas y geográficas.
Ahora bien, un dialecto es —según el mismo diccionario— una “manera de hablar una lengua un grupo de personas, una comunidad o los habitantes de una región.
Así, un dialecto es una variante, modificación o modalidad de la lengua que se habla en una región determinada.
El Instituto Lingüístico de Invierno reitera: “un dialecto es una variedad de una lengua; así, el castellano de Lima, el de Madrid o el de Medellín son dialectos del castellano”.
Y también aclara:
“Pero existen personas para quienes una lengua es aquella que goza de prestigio social y un dialecto el que no tiene ese prestigio. De ese modo, no dudarán en referirse al castellano o al inglés como una lengua o un idioma, y al náhuatl o al totonaco como un dialecto”.
Por ello, y especialmente en el Día Internacional de la Lengua Materna hay que puntualizar que tanto el Náhuatl o el Maya como el Español son lenguas, y que aplicar mal los términos podría significar es un acto de discriminación lingüística. “Y esta discriminación lingüística esconde, en el fondo, una discriminación hacia los hablantes”, concluye el citado instituto.