La mayoría de los niños de hoy en día no saben lo que es un disquete o un floppy.
Y es que ese cuadrado de plástico que servía para almacenar datos digitales dejó de producirse en 2010 para dejar paso a los CD-ROM y más tarde a la memoria flash en forma de USB.
Pero eso no ha impedido que los médicos noruegos que se niegan a abandonar esta tecnología.
El disquete permanece en uso en Noruega debido, especialmente, a su coste, casi inexistente si se compara con el de un USB y porque consume menos tiempo al copiar datos que un CD-ROM, según explica Gundersen.net.
Todos los meses los médicos noruegos reciben del gobierno un disquete con la lista actualizada de sus pacientes.
Según Gundersen, aunque tienen la opción de acceder a una base “online”, los médicos creen que este sistema de almacenamiento es más seguro y con menos probabilidades de error.
Puede que en parte tengan algo de razón, ya que esta tecnología no depende de servidores en línea, pero la realidad es que en 2010 la producción de disquetes se redujo al mínimo.
El gobierno de Noruega es uno de los pocos clientes que aún quedan de este formato.
Pero esto no parece que vaya a durar mucho ya que al parecer tiene intenciones de poner fin a su distribución a principios de 2016. Entonces, los médicos no tendrán otra opción que pasarse al formato electrónico.