Acapulco, Guerrero.- A pesar de los constantes señalamientos de regidores por la opacidad con la que manejó el dinero de la Secretaría de Desarrollo Social de Acapulco, y de una trayectoria caracterizada por el usufructo personal y político del erario en los cargos que ha ocupado, el perredista Víctor Aguirre Alcaide quiere ser alcalde del puerto.
En el restaurante 100% Natural, Aguirre Alcaide habló de sus aspiraciones políticas, pero no mencionó los llamados que le hizo el regidor Arturo López Sugía para que explicara su plan de trabajo y el presupuesto que utilizaría, porque no cumplió con la responsabilidad de presentarlos desde el inicio.
Dice que busca ser presidente municipal para hacer “lo que no ha hecho ni la administración actual ni las pasadas”, es decir, que falló como funcionario de la actual administración, renunció y ahora quiere volver, pero para sentarse en la silla más grande.
Esta visión patrimonialista del trabajo como funcionario ha sido criticada por el propio Celestino Cesáreo Guzmán, presidente de su partido, el PRD. Cesáreo señala que perredistas como David Jiménez Rumbo, Sebastián de la Rosa Peláez y Víctor Aguirre Alcaide “sólo buscan exprimir un poco más” al sol azteca.
Personajes como Víctor Aguirre “no están pensando en el futuro de la izquierda, ni en generaciones perredistas, ni en el futuro de Guerrero, están viendo cómo logran una posición por tres años más y a partir de ahí lo que salga”.
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En el restaurante, dijo que “yo no me he anotado para ser candidato, sino para ser presidente municipal, porque cuento con el carácter y porque siento que estoy en las mejores condiciones”, sin embargo, dejó de lado el episodio en el que, completamente alcoholizado, por poco atropella a una señora con dos niños, en Tlapa, en julio de 2014, tras pasar horas embriagándose para festejar su cumpleaños.
Esa ocasión, cuando los agentes de la Policía Municipal le pidieron que detuviera la camioneta que manejaba, hizo caso omiso, por lo cual fue perseguido. En su huida, Aguirre casi atropella a una mujer que caminaba con dos menores de edad en la zona conocida como El Mezquite. Tras ser detenido y llevado a barandillas, se identificó y minutos después fue dejado libre, sin ninguna sanción.
Aguirre Alcaide es dirigente de la corriente perredista Unidad de Izquierda Guerrerenses (UIG), uno de los grupos políticos más fuertes en el PRD de Guerrero. Desde finales del año pasado mantenía desencuentros con el alcalde Evodio Velázquez, a quien unía una alianza para fines electorales.
De acuerdo con versiones, las diferencias entre ambos personajes se debieron sobre todo al poco margen en el manejo presupuestal de que disponía Víctor Aguirre, según se quejó con algunos allegados, y a la ambición del alcalde de controlar todo el presupuesto de Acapulco.
Tan es así, que tuvo que admitir, cuando era secretario de Desarrollo Social, que la Dirección de Cultura, pieza clave en la reconstrucción del tejido social, no tenía presupuesto.
Hoy se olvidó de eso, y aseguró que “hoy en día se reclaman muchos servicios públicos, la transparencia de los recursos y la seguridad por lo que queremos hacer lo que se dejo de hacer desde hace muchos años atrás”.
También es conocido que su padrino político, el exgobernador Ángel Aguirre Rivero, lo impulsa actualmente para lograr su propósito de regresar al aprovechamiento del dinero público.
Con el exmandatario, defenestrado por el asesinato y desaparición de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, ocupó el cargo de coordinador del Comité de Planeación para el Desarrollo del Estado de Guerrero (Copladeg), puesto que usó para su beneficio, y también para extorsionar, como denunció su par, David Jiménez Rumbo, quien aseguró que “El señor Víctor Aguirre Alcaide está utilizando su cargo de director general del Copladeg para extorsionar y enriquecerse, está extorsionando a los alcaldes y estoy citando al alcalde de Tecpan de Galeana, Crisóforo Otero Heredia; al alcalde de La Unión, Crescencio Reyes Torres, y al alcalde de Coahuayutla, Everardo Barrón Ríos –los tres integrantes de Grupo Guerrero—, de que les ha pedido y creo que algunos ya lo entregaron, les ha pedido que por cada millón que el Copladeg apruebe tienen que entregarle a él la cantidad de mil pesos, si la obra cuesta 200 millones tienen que entregar 200 mil, pero no conforme con eso, también les pide un porcentaje de obra de la que ejecuta el municipio, para que se le asigne a empresas que él propone con la finalidad de cobrar el 10 por ciento”.
En su encuentro con reporteros para anunciar su anhelo por la silla más grande del ayuntamiento, soltó que “todo los funcionarios municipales se han entretenido en una esfera de aire acondicionado, por lo que han dejado de visitar y de tener contacto con la gente de manera permanente”, en un aparente olvido de que él, cuando ocupó la Sedesol porteña, no fue visto haciendo trabajo de campo, y en otros reportes de prensa, Aguirre Alcaide ha sido señalado también de aviador en la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG), donde percibe un salario como trabajador de base, pero sin presentarse a trabajar. De hecho, el 4 de julio de 2013, el coordinador de Asuntos Jurídicos de la Universidad, Pablo Valdez Guerrero, había informado que se investigarían los casos de funcionarios del Congreso del estado y del gobierno estatal que siguen cobrando salario en la institución como trabajadores de base.
Los reporteros lo interrogaron acerca de que él fue parte de la administración que ahora critica, pero se lavó las manos diciendo que puso en el cargo “corazón, cuerpo y alma para que las cosas funcionaran bien”.
